Qué Hacer En Liubliana: 5 Imprescindibles De La Capital Eslovena
Pequeño país enclavado entre Italia y Croacia, Eslovenia tiene una capital llena de encanto. Para todos aquellos que se preparan para visitar Liubliana por primera vez, aquí hay 5 cosas imprescindibles que hacer en la capital eslovena.
Visitar el centro histórico de Liubliana.
Debido a su ubicación geográfica, entre Europa occidental y los Balcanes, Eslovenia limita con Italia, Austria, Hungría y Croacia. La capital eslovena, que ha conservado un centro histórico intacto a pesar de los avatares de su historia, es el reflejo de diversas influencias, especialmente austriacas e italianas.
Paseando por el corazón de Ljubljana, en las inmediaciones de la plaza Preseren, te encontrarás con cafés y terrazas en abundancia y tendrás la impresión de caminar por Viena en tiempos de los Habsburgo. Otro testimonio de la influencia austriaca se puede admirar en el centro histórico con edificios rosados, verdes y azules con frisos florales típicos del Secesionismo vienés.
La influencia italiana es perceptible en la arquitectura del Ayuntamiento de estilo barroco, con su torre reloj del siglo XVIII, y en la Fuente de las tres ríos de Carniola. Este monumento también se llama Fuente de Robba, en honor al escultor veneciano que la realizó a mediados del siglo XVIII.
Pasear por los muelles del Ljubljanica.
Para disfrutar plenamente del centro histórico de Liubliana, la segunda cosa imprescindible que hacer es pasear por los muelles del Ljubljanica.
El río que atraviesa la capital eslovena es un afluente del Sava, que desemboca en el Danubio. También es uno de los principales atractivos turísticos de la capital, con sus tres puentes emblemáticos, diseñados por el genial arquitecto esloveno Joze Plecnik.
Este pionero de la arquitectura moderna del siglo XX dejó su huella en la capital a través de múltiples obras. Además del famoso Puente Triple, diseñó la biblioteca nacional y los mercados cubiertos, cuya arquitectura se inspira tanto en la Antigüedad como en el Renacimiento italiano.
Los habitantes de la capital también le deben el Muelle de Trnovo, que probablemente es el paseo más hermoso que se puede hacer a lo largo de las orillas del río.
3- Visitar el castillo de Liubliana.
Entre los 5 lugares imprescindibles de la capital eslovena, por supuesto hay que mencionar el castillo o Ljubljanski Grad. Esta fortaleza del siglo XII se alza en la cima de una colina en el centro de la ciudad.
Se puede acceder fácilmente a pie o en funicular para disfrutar de la vista panorámica sobre la ciudad. El más hermoso panorama se puede admirar desde la torre de vigilancia y las murallas del castillo.
Este famoso edificio, generalmente considerado como la principal atracción de la capital, también alberga un museo, dos restaurantes y un café.
4- Hacer compras en el Mercado Central.
Los visitantes curiosos por descubrir las mejores especialidades de los productores eslovenos deben ir sin falta a dar una vuelta al Mercado Central. Allí se encuentran panaderos, queseros, carniceros, charcuteros, pescaderos e incluso floristas.
Este mercado, compuesto por una plaza al aire libre y edificios cubiertos, es un punto de encuentro imprescindible para los habitantes. Los lugareños de Liubliana les gusta reunirse y hacer sus compras allí.
No dejes de entrar al interior del mercado cubierto, cuyos edificios fueron diseñados por el famoso arquitecto Joze Plecnik. Este lugar aún está preservado del flujo turístico, ya que se accede al enorme edificio situado en el centro del mercado por una pequeña puerta.
En la temporada alta, de mediados de marzo a finales de octubre, este mercado sirve de escenario para un evento popular llamado "cocina abierta" (Odprta kuhna). Cada viernes, unos cincuenta puestos ofrecen platos para llevar para todos los gustos, con especialidades eslovenas pero también chinas o argentinas, sin olvidar las pizzas y las hamburguesas.
5- Ir a admirar el Puente de los Dragones.
Es imposible enumerar los monumentos emblemáticos de la capital eslovena sin mencionar el Puente de los Dragones. Nadie deja la ciudad sin haberlo admirado y fotografiado.
Este monumento histórico, construido entre 1900 y 1901 para el jubileo del emperador Francisco José I de Austria, debe su nombre a las cuatro estatuas que adornan sus extremidades. Estos animales míticos no fueron elegidos al azar, ya que el dragón es el símbolo de la ciudad.
En la época de su construcción, esta edificación era uno de los primeros puentes en Europa construidos con hormigón armado. Hoy en día, este puente adornado con dragones se ha convertido en un emblema de Ljubljana y los turistas suelen tomarse fotos bajo las alas de estos feroces guardianes.