Lyon: 5 Buenas Razones Para Visitar La Croix-rousse
En Lyon, hay lugares de visita obligada como la plaza Bellecour, los atascos del Viejo Lyon o la basílica de Fourvière. Pero también hay una colina muy trabajada que se ha convertido en un lugar artístico donde reina el arte callejero. Hemos enumerado para usted 5 buenas razones para visitar la Croix-Rousse.
1- Para ganar altura
El Croix-Rousse es, con Fourvière, una de las dos colinas de la ciudad de Lyon.
Una de las formas más divertidas de llegar a esta pintoresca zona es tomar la línea C del metro.
Sin querer estropear demasiado la sorpresa, debe saber que en esta línea el metro de Lyon adopta la apariencia de un tornado que sube la colina. Al elegir este medio de transporte, comprenderá inmediatamente que está subiendo a las alturas de la ciudad.
Con sus escaleras, este barrio tiene un falso aire a Montmartre en París.
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La primera buena razón para visitar este barrio, al que los lioneses apodan "la meseta", es, pues, disfrutar de una vista sin obstáculos de los tejados de la ciudad.
Al descender por las laderas de Croix-Rousse, descubrirá con asombro que la vista cambia a medida que se desciende. Pero el panorama sigue siendo excepcional, así que aprovecha para hacer varias fotos.
2- Seguir los pasos de los Canuts
En Lyon, la Croix-Rousse también se llama "la colina que trabaja", en contraposición a Fourvière "la colina que reza".
En el siglo XIX, este barrio era, en efecto, el de los canuts, es decir, de los trabajadores de la seda. En el plató, muchos elementos rinden homenaje a esta faceta de la historia del distrito.
Para seguir los Pasos de estos trabajadores textiles, puede visitar el museo dedicado a ellos: la Maison des Canuts.
También puede ir a admirar el famoso muro de Canuts (un fresco en trampantojo que representa el barrio y sus habitantes).
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3- Visitar un verdadero museo al aire libre
Tras haber sido el corazón obrero de la ciudad, la Croix-Rousse se ha convertido en un barrio de artistas.
No hay que buscar mucho para descubrir el lado artístico del distrito. Las obras de arte callejero se exhiben por todas partes en las calles.
Desde grandes frescos como el Mur des Canuts y el Fresque des Lyonnais hasta simples grafitis, este arte al aire libre perpetúa el espíritu rebelde de los Canuts.
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4- Descubrir lugares secretos
Puede que no lo sepa, pero la más famosa de las traboules de Lyon se encuentra en Croix-Rousse: ¡el famoso Cour des Voraces!
Aunque la mayoría de las traboules se encuentran en el viejo Lyon, este barrio tiene el privilegio de acoger las traboules más ineludibles y espectaculares.
Con su reconocible escalera diagonal, este patio ha sido utilizado como escenario de muchas películas. Se puede llegar desde el número 29 de la calle Imbert Colomès.
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A menos de 5 minutos a pie, en la calle Neyret, hay otro lugar secreto con un encanto misterioso.
La Iglesia del Buen Pastor es una iglesia abandonada que reconocerás por su entrada amurallada.
Todavía se puede ver el campanario de esta iglesia al llegar al pie de la colina, a la altura del anfiteatro romano.
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5- Empaparse del ambiente del barrio
Por último, otra buena razón para visitar la Croix-Rousse es empaparse del ambiente de este popular barrio que ha conservado un espíritu de pueblo.
Nada más salir del metro, le sorprenderá el particular ambiente de este barrio, que le da la impresión de haber dejado la ciudad por un modesto pueblo.
Las numerosas tiendas y restaurantes, así como el mercado que se celebra todos los días excepto el lunes, contribuyen a la convivencia del lugar.
Así que, una vez que haya llegado a la meseta, no dude en hacer como los lioneses y sentarse en la terraza de un café.
No se limite a visitar los lugares turísticos del barrio, tómese el tiempo de detenerse en ellos, porque la Croix-Rousse es también todo un ambiente.
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