Inflación Encubierta: ¿cómo Contrarrestar Las Prácticas Comerciales Engañosas?
Revelada hace más de un año por la asociación Foodwatch, la shrinkflation es una práctica comercial desleal, que pronto será señalada en los estantes con un cartel. Vamos a explicarles en qué consiste exactamente y cómo evitar los envases engañosos cuando hacen sus compras.
La shrinkflation o el arte de vender vacío
Se ha hablado mucho sobre la shrinkflation en los medios durante los últimos meses. Si no sabes lo que significa esta curiosa palabra, ten en cuenta que esta práctica comercial, también llamada reduflación en francés, consiste en reducir la cantidad de un producto sin disminuir su precio.
Concretamente, el empaquetado del producto no cambia pero la cantidad vendida disminuye, mientras que el precio se mantiene igual o incluso aumenta. Aunque esta práctica no es ilegal, ha sido denunciada por la asociación Foodwatch porque el consumidor no puede detectarla en el momento de la compra.
Como consumidor, eres víctima de un engaño, ya que piensas comprar el mismo producto de siempre. Pero en realidad, el empaque contiene menos producto y más vacío!
Una obligación de informar a partir del 1 de julio de 2024.
Ante esta situación, el gobierno ha decidido imponer una mayor transparencia sobre las prácticas de ciertos fabricantes para ocultar un aumento de precios. A partir del 1 de julio de 2024, los supermercados tienen la obligación de informar a los consumidores cuando la cantidad de un producto disminuye y se vende a un precio idéntico o más alto.
Esta obligación de señalar la reducción encubierta de producto aplica en las tiendas cuya superficie de venta es superior a 400 metros cuadrados, durante los dos primeros meses de la comercialización del producto en cuestión. Las pequeñas tiendas urbanas están exentas de esta nueva obligación de transparencia.
En cuanto a los productos, esta regulación afecta a los productos preenvasados de gran consumo, incluyendo los alimentos y los productos no alimentarios vendidos en cantidad constante, como los productos de limpieza o los productos para bebés.
Una presentación más clara para los consumidores.
A partir del 1 de julio de 2024, los productos de gran consumo afectados por la reducción de cantidad serán señalizados en el estante con un cartel colocado cerca o mediante una etiqueta pegada directamente en el empaque del producto.
La mención informativa tendrá la siguiente forma: “Para este producto, la cantidad vendida ha cambiado de X a Y y su precio (por litro o kilo) ha aumentado un …% o …€.”
Esta nueva mención obligatoria deberá mostrarse de forma visible y legible en el estante, con el mismo tamaño de letra que se utiliza para indicar el precio del producto.
Cualquier incumplimiento de estas nuevas obligaciones será sancionado con una multa de hasta 3000 € para una persona física o hasta 15.000 € para una persona jurídica.
Una regulación que podría ser eludida.
Aunque esta nueva regulación representa una victoria para la asociación Foodwatch, es probable que los consumidores no vean una gran diferencia en los supermercados.
Las etiquetas que señalan la reducción de cantidad sin reducir el precio no deberían proliferar en los pasillos. De hecho, las grandes marcas tienen muchos formatos que les permiten modificar el peso de sus productos a su antojo, sin infringir esta regulación.
Los fabricantes no dudan en rediseñar completamente sus gamas, con envases más pequeños o más grandes, para desorientar al consumidor y aumentar los precios sutilmente…
La única manera de evitar todas estas trampas para el comprador es siempre referirse al precio por kilo o por litro.
¡Cuidado con la cheapflación!
Ahora que la shrinkflation ya no pasará completamente desapercibida, los industriales podrían recurrir a otro ardid para preservar su margen. En lugar de jugar con la cantidad de producto vendida, podrían modificar su composición.
Para reducir costos, es posible reemplazar un ingrediente noble por otro más barato o bien jugar con las proporciones, disminuyendo la cantidad de los ingredientes más caros y aumentando la de los más baratos. Esta otra práctica perniciosa se llama cheapflation.
Por ejemplo, Foodwatch reveló que la marca Le Gaulois ha disminuido discretamente las proporciones de pollo y emmental en sus cordones bleus y aumentado la proporción de pan rallado... Este truco no es ilegal y es aún más difícil de detectar para los consumidores.
Para no ser demasiado engañados, verifiquen siempre la lista de ingredientes. Cuanto antes aparezca un ingrediente en la lista, mayor es su cantidad. Como regla general, es mejor evitar los productos industriales cuya lista de ingredientes es larga y comprende más de 5 aditivos alimentarios (con un código E…). Las listas de ingredientes interminables son señal de alimentos ultra procesados y malos para la salud.