Aunque Hungría está rodeada de tierra y carece de acceso al océano, las oportunidades para bañarse no faltan en este país, gracias a sus numerosas fuentes de agua termal. Con más de 1300 fuentes con propiedades terapéuticas variadas, este destino termal es uno de los más renombrados de Europa. Hemos seleccionado 5 lugares que debes descubrir para experimentar el termalismo en Hungría.
Los baños turcos de Budapest.
El termalismo en Hungría es una verdadera mina turística. Las propiedades de las aguas termales húngaras atraen cada año a millones de viajeros, en particular en la región de Budapest.
El país alberga más de 1300 fuentes de agua termal, de las cuales 123 están solo en Budapest. En la capital húngara, algunos de los más bellos baños públicos fueron construidos en el siglo XVI, durante la dominación otomana.
La capital cuenta con 4 baños turcos: los baños Rudas, Kiraly, Veli Bej y Rac. Estos lugares que mezclan tradición islámica y equipamientos modernos se inspiran también de los baños romanos, ya que están compuestos por una serie de salas de más en más calientes.
2- Los baños termales Gellert de Budapest
También es en Budapest donde podrán admirar uno de los emblemas del termalismo en Hungría: los famosos baños termales Gellért. Estos baños de estilo secesionista están, sin duda, entre los más hermosos baños públicos de la capital húngara, que a veces es apodada con razón "la ciudad de los spas".
Los visitantes acuden en masa por los beneficios del agua termal, pero también para admirar la decoración y para disfrutar de la piscina de olas al aire libre. Hoy en día, los turistas representan más del 90% de la clientela de estos famosos baños termales.
Hay que decir que este lugar posee una arquitectura impresionante. Las piscinas están adornadas con cúpulas, columnas de piedra, azulejos de mosaico y estatuillas, sin olvidar los techos decorados con frescos.
3- El lago termal más grande de Europa.
El Lago Héviz, ubicado a 200 km al oeste de Budapest, es otra maravilla que no te puedes perder. Con su agua termal a una temperatura que varía entre 23°C y 36°C según la temporada, este lago de más de 4 hectáreas constituye el lago termal más grande de Europa.
El agua es naturalmente cálida y lo suficientemente agradable para bañarse incluso en pleno invierno. Por eso, este lago se ha convertido en uno de los principales centros de termalismo en Hungría.
Los hoteles y las estaciones termales que se encuentran alrededor del lago ofrecen además tratamientos y productos de belleza elaborados a partir del barro que cubre el fondo del lago.
4- La colina de sal de Eger.
Entre los lugares imprescindibles del termalismo en Hungría, también se debe mencionar la región de Eger, al noreste de la capital. Aunque esta parte del país es más conocida por sus viñedos y su vino, también se encuentran allí los baños termales más antiguos de Hungría. En la región, el agua termal con radón es considerada un remedio milagroso contra los dolores.
La estación termal más famosa de los alrededores es la colina de sal de Eger o Egerszalok. Esta colina calcárea debe su apodo a su color blanco inmaculado. Con sus terrazas calcáreas, forma un paisaje espectacular, único en Europa.
5- Los baños termales trogloditas de Miskolctapolca.
No muy lejos de allí, los baños trogloditas de Miskolctapolca también son únicos en su tipo. Estos baños naturales se encuentran en una cueva formada por el paso del tiempo.
En este entorno excepcional, es posible bañarse en 5 piscinas y pasillos a 30°C y en dos piscinas cubiertas a 33°C y 35°C. En algunas piscinas, el agua brota directamente de la roca como una cascada.
Juegos de luces y jacuzzis subterráneos completan esta experiencia inusual y beneficiosa. De hecho, se atribuyen a las aguas termales de la cueva de Miskolctapolca efectos sobre las enfermedades cardiovasculares, los reumatismos y los problemas respiratorios.