Locronan, antigua ciudad de tejedores en el sur del Finisterre, es una ciudad bretona con un notable patrimonio. Conocida por acoger la procesión de la Grande Troménie desde la Edad Media, esta Petite Cité de Caractère es también una tierra de inspiración para artistas y cineastas. Hemos seleccionado para usted 5 cosas que hacer para descubrir las diferentes facetas de este destino turístico ineludible.
1- Visitar la iglesia de Saint-Ronan
2- Admirar las casas de granito
Fue a partir del siglo XIV cuando esta modesta ciudad bretona ganó en riqueza y belleza gracias al tejido de lonas. Esta industria local alcanzó su punto álgido en el siglo XVI.
Ciudad de tejedores, Locronan abastecía a prestigiosos patrocinadores, entre ellos la Compagnie des Indes. Esta actividad permitió la construcción de fortunas y magníficas casas de granito perfectamente conservadas.
No deje de admirar las hermosas mansiones renacentistas que rodean la plaza de la iglesia y de pasear por las calles de los alrededores. Para preservar el corazón histórico de la ciudad, no se permite el uso de coches.
3- Sumérgete en un plató de cine
La ciudad de Locronan siempre ha sido una tierra de inspiración para los artistas en general y los cineastas en particular.
Fue en este pueblo de granito libre de cables eléctricos, antenas y luces rojas donde Roman Polanski rodó la película Tess en 1979.
En 1987, Philippe de Broca también instaló allí sus cámaras para la película Chouans! con Philippe Noiret, Sophie Marceau, Lambert Wilson y Stéphane Freiss.
Más recientemente, Jean-Pierre Jeunet eligió este rincón especialmente fotogénico de Bretaña para el rodaje de la película Un largo domingo de compromiso, estrenada en 2004. Para la realización de esta película protagonizada por Audrey Tautou, Gaspard Ulliel, Marion Cotillard, Clovis Cornillac y Jodie Foster, se acondicionó especialmente un jardín en los terrenos del antiguo presbiterio.
Si quiere saber más sobre los distintos rodajes que han tenido lugar en esta pequeña ciudad con carácter, le recomendamos que reserve la visita guiada temática 'Locronan y el cine' que ofrece la Oficina de Turismo.
4- Subir a la montaña de Locronan
Este ascenso está al alcance de la mayoría de la gente. La caminata hasta la cumbre es de dificultad moderada ya que la altura conocida como La Montagne de Locronan culmina... ¡a 289 m!
Sin embargo, es suficiente para disfrutar de un magnífico panorama sobre la bahía de Douarnenez y la península de Crozon.
En esta colina boscosa también se encuentra la capilla de Ar Zonj, dedicada a Saint-Ronan, y una roca de granito llamada "la silla de Saint-Ronan". Ambos lugares son escenarios de la Grande Troménie, la procesión que se celebra en el municipio cada seis años.
Al pie de esta modesta montaña, las dunas se extienden hasta el océano Atlántico y se puede ver la capilla de Sainte-Anne-la-Palud dedicada a uno de los santos bretones más antiguos.
Esta venerada Santa Ana de Bretaña es apodada Mamm gozh ar Vretoned, "la abuela de los bretones".
5- Asistir a la Grande Troménie
Siempre que visites Locronan en el momento adecuado, podrás asistir a uno de los eventos más emblemáticos de la ciudad. En esta ciudad bretona, el culto a Saint-Ronan da lugar a una troménie anual, un indulto (una forma de peregrinación) que sigue el circuito de sus meditaciones...
Pero el evento local más esperado es la impresionante Grande Troménie que se celebra cada 6 años en julio. La próxima está prevista para 2025.
Durante esta colorida celebración, multitudes ataviadas con estandartes y trajes azules y dorados avanzan en procesión a lo largo de los 12 km del antiguo nemeton. Este término se refiere a una ruta sagrada marcada por estaciones que simbolizan los 12 meses del año. Su recorrido es anterior a la llegada de Saint-Ronan a estas tierras, ya que fue creado en Locronan por los celtas.