La coriza en los gatos es una enfermedad muy común pero no benigna, que puede llevar a la muerte a los animales no vacunados. Tan pronto como aparezcan los síntomas, se debe consultar al veterinario sin demora.
La coriza en los gatos es una enfermedad muy común pero no benigna, que puede llevar a la muerte a los animales no vacunados. Tan pronto como aparezcan los síntomas, se debe consultar al veterinario sin demora.
La coriza del gato es una enfermedad del sistema respiratorio, muy común en gatos que viven en grupo y/o no están vacunados.
En efecto, es una enfermedad altamente contagiosa entre felinos (pero no para los humanos) que está causada por una combinación de varios virus y bacterias.
Hay tres virus implicados en la coriza y que causan diferentes síntomas en el Gato:
- un "virus del herpes" que provoca una infección de la nariz, las vías respiratorias y los ojos (que puede ser mortal en animales debilitados)
- un Calicivirus que provoca fiebre y fatiga, secreción oculonasal y úlceras (manchas rojas) en la boca; estas úlceras bucales provocan una gran salivación y pérdida de apetito
- Reovirus, que causa ojos llorosos
Los síntomas de la coriza del gato varían según la edad del animal y su estado de salud.
En los gatos jóvenes, la enfermedad provoca tus, estornudos, abundante secreción de los ojos y la nariz, conjuntivitis y debilidad del estado general (pérdida de apetito y fiebre).
En los adultos, la coriza suele causar conjuntivitis con úlceras en la córnea.
Debe consultar al veterinario si su gato estornuda, tiene goteo nasal y saliva en exceso. Esta enfermedad puede ser grave, especialmente si su gato no ha sido vacunado.
A tener en cuenta: un gato curado de coriza puede seguir siendo portador de la enfermedad durante muchos años, y volver a ser contagioso tras el estrés, el parto o la enfermedad.
La mejor manera de prevenir la coriza del gato es la vacunación. Esta Vacuna actúa tanto contra el Calicivirus, la rinotraqueitis y la Clamidia (bacteria que puede empeorar la enfermedad).
La Vacunación se realiza en el veterinario en dos inyecciones con un mes de diferencia, con un refuerzo cada año.
Nota: un animal vacunado puede seguir contrayendo la enfermedad, pero los síntomas se reducirán.
El tratamiento de la coriza suele ser con antibióticos (comprimidos, gotas o inyecciones).
La coriza en los gatos es una enfermedad muy contagiosa. La enfermedad está causada por varios patógenos: los virus son miembros de las familias Herpesvirus, Calicivirus y Reovirus.
Bacterias como el estafilococo, el estreptococo, la Bordetella bronchiseptica, la Pasteurella multocida y la Chlamydia psittaci, una "Rickettsia", también pueden estar implicadas en la enfermedad.
La enfermedad tarda de dos a cuatro días en incubarse (el tiempo que transcurre desde que el gato se infecta hasta que aparecen los primeros síntomas).
Los gatos infectados por coriza pueden excretar el patógeno (incluyendo Chlamydia psittaci y Calicivirus) durante varios meses, lo que aumenta el contagio a otros gatos. Además, el calicivirus es bastante resistente al ambiente exterior.
Si su gato no tiene acceso al mundo exterior, la enfermedad del tifus puede propagarse indirectamente.
Cuando un gato desarrolla coriza, puede mostrar signos de : - La rinitis, que se caracteriza por el goteo nasal y los estornudos. Los problemas respiratorios pueden ser frecuentes si la rinitis es grave.
- Tos
Conjuntivitis, en la que los ojos son rojos, secretores y más o menos gruesos. En ocasiones, los globos oculares pueden estar completamente pegados.
- Irritación de la lengua, a veces acompañada de úlceras. El gato babeará y se esforzará por comer.
La enfermedad ha provocado una reacción en un ganglio linfático.
En este caso, su veterinario le aconsejará:
- Para prevenir nuevas infecciones bacterianas, los antibióticos
- Un suero antiviral, gotas oculares antibióticas para la conjuntivitis y L-lisina (un aminoácido que refuerza la inmunidad tras las enfermedades virales, incluida la infección por herpes simple).
- La aerosolterapia (sesiones de inhalación) puede ser necesaria para tratar la rinitis.
Estas sesiones pueden realizarse en casa con el gato en su transportín o en una clínica veterinaria utilizando un nebulizador: el recipiente de inhalación se coloca delante de la rejilla, lejos del cuerpo, y se cubre completamente con un paño húmedo. Se combinan varios medicamentos y se colocan en agua hirviendo en el recipiente de inhalación. Su veterinario le recetará una combinación de antibióticos, medicamentos para reducir las secreciones nasales y quizás un broncodilatador.
En algunas situaciones, especialmente si el animal no está comiendo, se enviará al gato al hospital y se le pondrá un goteo.
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