¿Tiene dificultades para leer las letras pequeñas, incluso alejando el texto? Probablemente sufra de presbicia, al igual que 600.000 nuevas personas cada año. Aquí están las causas de este problema de visión y las diferentes soluciones existentes para corregirlo.
Es raro escapar a la presbicia a partir de los cuarenta años. La edad fisiológica de este problema de vista se sitúa entre los 45 y 50 años. La palabra "presbicia" proviene del griego presbys que significa "viejo". Esta etimología subraya bien el hecho de que este trastorno visual está relacionado con el envejecimiento normal del ojo.
Sin embargo, la edad de la presbicia percibida por el paciente puede variar en función de otros defectos de visión: más temprano en el hipermétrope y más tarde en el miope.
A notar: los miopes pueden retrasar el uso de lentes progresivos porque su miopía puede compensar una presbicia incipiente. Por lo general, logran leer de cerca hasta la cincuentena.
La evolución de este trastorno visual es rápida al principio y es necesario cambiar de corrección en promedio cada dos años entre los 45 y 50 años. La vista se estabiliza luego hacia los 60 años.
Los síntomas de la presbicia suelen aparecer alrededor de los 45 años:
• dificultad para leer caracteres pequeños.
• dificultad para realizar trabajos de cerca.
• necesidad de alejar el texto para ver mejor.
• necesidad de mejorar la iluminación para ver bien.
El responsable de la presbicia es el cristalino, la parte de nuestros ojos que es una especie de lente natural situada en el interior del ojo, detrás de la pupila.
El cristalino asegura la focalización, como una cámara fotográfica:
• al contraerse, permite ver claramente de cerca
• al relajarse, permite ver claramente de lejos.
La presbicia no es una enfermedad sino una señal de envejecimiento del cristalino. Con la edad, el cristalino se engrosa y pierde su elasticidad. Su capacidad de acomodación disminuye, especialmente durante la lectura. Por eso la distancia a la que somos capaces de leer con claridad aumenta.
La gimnasia ocular y el yoga de los ojos no permiten realmente retrasar o curar los trastornos de la visión, como la miopía o la presbicia. Los ejercicios de este tipo pueden, sin embargo, ayudar a aliviar la fatiga visual en algunos pacientes presbíopes.
La mejor solución en caso de fatiga ocular es concertar una cita con un oftalmólogo para una evaluación. Este especialista puede detectar un defecto de visión no percibido por el paciente o mal corregido.
Existen varias soluciones para ver bien a todas las distancias. La presbicia se corrige fácilmente con el uso de gafas.
Los simples lentes de lectura solo corrigen la visión cercana, a unos 40 cm. Para ver de lejos, entonces hay que mirar por encima de las gafas.
Los lentes de media distancia permiten ver claramente de cerca y en un campo visual más amplio.
Los lentes progresivos ofrecen la solución más completa y cómoda. Aseguran una visión clara a todas las distancias.
A tener en cuenta: los lentes progresivos son particularmente útiles para corregir varios defectos (presbicia + Miopía o hipermetropía o astigmatismo) en un solo lente. Pero también son adecuados para personas que solo tienen presbicia. Se necesita de unas horas a unos días para acostumbrarse. La adaptación a los lentes progresivos es más fácil si no se espera demasiado tiempo para corregir la vista.
Para más discreción, puedes optar por Lentes de contacto progresivas. En este caso, el centro de las lentes corrige la visión cercana y la periferia la visión lejana. Tu cerebro debe entonces adaptarse y aprender a seleccionar.
Al igual que con otras correcciones, puedes elegir entre lentes de un día de duración o de varios meses. La Seguridad Social reembolsa las lentes de la misma manera que las gafas, y cada vez más mutuas reembolsan una parte.
Finalmente, también se puede recurrir a la cirugía láser (presby-lasik) o a la colocación de un implante progresivo. La operación de la presbicia se considera cirugía estética. Por lo tanto, no está cubierta. El costo es de entre 3000€ y 4000€ para ambos ojos.
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