Con motivo de Octubre Rosa, el cáncer femenino más frecuente es noticia, con un enfoque en la detección y prevención. Para las pacientes que están siendo tratadas o han sido tratadas por cáncer de mama, este mes de movilización también es una oportunidad para recordar las buenas prácticas. Les explicaremos la importancia de hacer deporte durante y después del tratamiento en 5 preguntas.
1- ¿Por qué se recomienda el deporte en caso de cáncer de mama?
Para las pacientes a quienes se les ha diagnosticado un cáncer de mama, ahora se recomienda mantenerse activas incluso durante su tratamiento.
Aunque muchas de ellas renuncian a hacer ejercicios físicos porque sienten fatiga y temen hacerse daño, los médicos son unánimes sobre el interés de moverse durante y después de los tratamientos.
De hecho, estudios han demostrado que la actividad física aporta numerosos beneficios al mejorar las posibilidades de curación y reducir el riesgo de recurrencia de este cáncer.
2- ¿Cuáles son los beneficios del deporte contra el cáncer de mama?
Más específicamente, la actividad física presenta múltiples beneficios para las mujeres con cáncer de mama y para las sobrevivientes de este cáncer:
• El ejercicio físico en sentido amplio permite reducir la grasa abdominal y el nivel de hormonas implicadas en el crecimiento de tumores.
• También posee un efecto antiinflamatorio que ralentiza la progresión del cáncer.
• Practicado durante los tratamientos, mejora la calidad de vida de las pacientes y las ayuda a tolerar mejor los efectos secundarios como las náuseas, la fatiga, el estrés y los trastornos del sueño.
• Contribuye a preservar la masa muscular, lo que evita a las pacientes una pérdida excesiva de peso y fuerzas, especialmente durante la quimioterapia. Una pérdida de masa muscular demasiado importante se asocia a un mayor riesgo de recurrencia, mortalidad, pérdida de autonomía y una peor respuesta al tratamiento.
• Permite mantener las capacidades cardiorrespiratorias que también disminuyen bajo el efecto de la enfermedad.
Por todas estas razones, el ejercicio físico adaptado es la mejor respuesta al debilitamiento global del organismo relacionado con los tratamientos. Se ha demostrado que la actividad física reduce el riesgo de recaída, alarga la esperanza de vida y reduce la mortalidad global de las pacientes.
Según las cifras publicadas por la Fundación para la Investigación sobre el Cáncer, la práctica de ejercicios físicos después del diagnóstico de un cáncer de mama disminuye en un 24% el riesgo de recurrencia y en un 28% el riesgo de muerte por cáncer.
3- ¿Se puede realmente hacer deporte durante los tratamientos contra el cáncer?
Algunas pacientes agotadas por los tratamientos de quimioterapia dudan de su capacidad para hacer ejercicio. Pero, en realidad, la actividad física permite sentirse menos fatigada.
Por eso, los médicos recomiendan a las pacientes que se esfuercen por moverse, estableciendo objetivos razonables. Se puede comenzar saliendo a caminar durante 10 minutos, y luego intentar aumentar progresivamente la duración del paseo a 20 minutos o más.
Durante los tratamientos, también se aconseja dirigirse a asociaciones especializadas para beneficiarse de un acompañamiento y de un programa físico adaptado. Para ser beneficiosa, la actividad física debe ajustarse al recorrido médico de la paciente y a sus capacidades físicas del momento.
La actividad física adaptada o APA es la mejor solución para moverse sin hacerse daño durante el protocolo de cuidados, pero también en la etapa post-cáncer, cuando las pacientes necesitan recuperarse después de los tratamientos. Ejercicios adaptados permiten entonces retomar la actividad física suavemente y recuperar progresivamente sus capacidades.
4- ¿Qué deportes practicar durante y después de la enfermedad?
Durante y después de un cáncer de mama, los médicos recomiendan practicar varios tipos de actividades físicas: fortalecimiento muscular, pero también actividades cardiovasculares y ejercicios específicos para movilizar las áreas afectadas por la cirugía.
A las pacientes que se preguntan qué deportes son los más adecuados en el marco de su tratamiento, se les puede aconsejar especialmente caminar y gimnasia suave, ya que son dos actividades cuya intensidad se puede adaptar fácilmente.
En la etapa posterior al cáncer, se puede intensificar el ejercicio practicando marcha nórdica con bastones. No solo los bastones ayudan a prevenir caídas, sino que también contribuyen a fortalecer la parte superior del cuerpo, lo que convierte a la marcha nórdica en un deporte completo.
Para trabajar más específicamente el hombro y el brazo del lado donde se operó el seno, se pueden priorizar actividades como:
• el remo en los gimnasios.
• el remo indoor o al aire libre.
• la esgrima, cuya práctica después del cáncer de mama ha sido popularizada por la asociación Solution Riposte fundada en 2014.
En cuanto a la cantidad de actividad física a realizar durante y después del cáncer, las recomendaciones son las mismas que para todos los adultos. Idealmente, se debe hacer al menos 30 minutos de actividad física de intensidad moderada al día durante al menos 5 días a la semana. La regularidad del ejercicio es más importante que su intensidad. En otras palabras, hay que esforzarse por moverse un poco todos los días.
5- ¿A dónde dirigirse para practicar deporte adaptado?
Para encontrar clases de deporte adaptado cerca de su hogar, las pacientes tratadas por cáncer de mama pueden informarse en las casas deporte-salud. Existen más de 400 en toda Francia (ver el mapa interactivo en el sitio web a continuación).
También pueden dirigirse a los comités departamentales de la Liga contra el Cáncer, ya que esta asociación generalmente ofrece clases de actividad física gratuitas para los pacientes en tratamiento.