¿Sabías que una fatiga persistente y un sentimiento de abatimiento pueden ser signos de una falta de yodo? Este oligoelemento es indispensable para la fabricación de las hormonas tiroideas que regulan nuestro metabolismo y nuestro estado de ánimo. Te contamos todo sobre los síntomas de una carencia y los medios para remediarla.
¿Por qué el yodo es un elemento indispensable?
El yodo es un oligoelemento esencial para la fabricación de las hormonas tiroideas. Estas hormonas participan en las funciones vitales de nuestro cuerpo, controlan y regulan todo nuestro metabolismo.
De hecho, aunque la tiroides sea una glándula pequeña, ¡es el director de orquesta que regula la temperatura corporal, el crecimiento, la fertilidad, el metabolismo basal y la frecuencia cardíaca! Para funcionar bien, necesita 150 µg/día de yodo.
Es un elemento que no puede ser sintetizado por nuestro organismo y debe ser aportado por nuestra alimentación. Se encuentra en particular en los productos del mar como el pescado, los crustáceos y las algas comestibles.
Desde 1952, la sal de mesa está yodada para evitar las graves carencias de yodo que hasta entonces eran responsables del cretinismo (un retraso en el crecimiento y una deficiencia mental). A pesar de ello, alrededor del 20% de la población francesa estaría afectada por una falta de yodo.
¿Cuáles son los síntomas de una deficiencia de yodo?
Cuando las aportaciones de yodo son insuficientes, una glándula situada en nuestro cerebro (la hipófisis) reacciona estimulando la tiroides. Si esta sobreestimulación se prolonga, la tiroides puede hipertrofiarse y puede aparecer un bocio. Este término se refiere a una hinchazón más o menos importante situada en la parte delantera del cuello.
Pero sobre todo, la falta de yodo conlleva una producción insuficiente de hormonas tiroideas. Si tu tiroides es frágil, una hipotiroidismo puede instalarse de manera insidiosa con todo un cortejo de síntomas que empeoran poco a poco:
- una fatiga física global y persistente.
- una fatiga psíquica (depresión, falta de ánimo, disminución de la libido).
- una fatiga intelectual (lagunas de memoria).
Otro problema es que estos síntomas resisten a los tratamientos habituales. Si sufres de hipotiroidismo, ni siquiera el descanso y una alimentación equilibrada te ayudarán a recuperar la forma.
También notarás otros signos como caída del cabello, uñas quebradizas y aumento de peso (aunque tu apetito sea moderado) o una tendencia a la frialdad, al estreñimiento y a la falta de aliento.
¿Cómo diagnosticar y tratar este problema?
La única manera de confirmar un problema tiroideo es hacer un análisis de sangre para conocer su nivel de TSH (la hormona hipofisaria que estimula la tiroides).
Su médico también puede solicitar una evaluación del nivel de yodo en su orina durante 24 horas. Este examen, no reembolsado por la Seguridad Social, cuesta 25 € pero permite confirmar una deficiencia de yodo de origen alimentario.
En este caso, el tratamiento comienza en la mesa: se recomienda aumentar el consumo de productos del mar y productos lácteos porque las vacas lecheras comen forraje enriquecido con yodo. No dude en comer ostras y camarones, pero también huevos que contienen 50 µg/100 g...
Si esto resulta insuficiente, puede tomar suplementos en forma de ampollas (Oligosol), ¡pero solo con el acuerdo de su médico! De hecho, un exceso de yodo es igualmente nocivo y corre el riesgo de hacerle caer en el hipertiroidismo. El hipertiroidismo es un exceso de hormonas tiroideas que hace que su organismo funcione en sobrerégimen.