Cuando las temperaturas se mantienen altas después del anochecer, muchas personas no tienen otra solución que dejar un ventilador encendido toda la noche cerca de su cama. Incluso sin hablar del consumo eléctrico de este aparato, este truco para refrescarse no está exento de inconvenientes. Vamos a explicarte por qué es una mala idea, especialmente para una cierta categoría de personas.
El consumo eléctrico del ventilador no es el principal problema.
Mientras que las olas de calor y los períodos de canícula se han vuelto comunes en Francia durante el verano, muchos franceses han tomado la costumbre de dejar un ventilador encendido toda la noche cerca de su cama. En ausencia de aire acondicionado en casa, esta solución permite refrescar la atmósfera del dormitorio y puede ayudar a conciliar el sueño.
Si eres de las personas que han optado por un ventilador en lugar de un aire acondicionado, sin duda te preguntas si este aparato consume mucha electricidad durante la noche. En este sentido, dormir con el ventilador encendido cerca de tu cama no va a impactar demasiado tu factura de electricidad. Por supuesto, todo depende del modelo que uses, de su potencia eléctrica en vatios y de su eficiencia energética (clasificada de A+ a G), así como del precio del kilovatio-hora indicado en tu contrato de electricidad.
Sin embargo, no necesitas hacer cálculos complicados porque la Agencia del Medio Ambiente y Control de la Energía (ADEME) ha evaluado el costo del uso de un ventilador para refrescar una habitación durante la noche. Según la ADEME, este uso genera un aumento de solo 5 € al mes en promedio en la factura final, todos los tipos de ventiladores incluidos.
El impacto del ventilador en la salud es más problemático.
Si ha oído que dormir con el ventilador encendido no es una buena idea, no es por razones financieras. El principal problema radica más bien en el impacto de este aparato en la salud de los durmientes.
Los ventiladores tienen la particularidad de mover el aire ambiente de manera continua. Pero resulta que el aire interior de las viviendas a menudo contiene un cóctel de sustancias potencialmente agresivas para las vías respiratorias, como polvo, polen, moho, ácaros y otros contaminantes interiores emitidos por aerosoles y productos de limpieza o bricolaje.
Los ventiladores también tienen el efecto de secar el aire ambiente, lo que deshidrata las vías respiratorias superiores, la piel y los ojos. Como el uso de este aparato impacta la esfera ORL, no es raro despertarse a la mañana siguiente con la nariz congestionada y los ojos pegajosos.
Finalmente, si dirige el flujo de aire directamente sobre su cuerpo, también corre el riesgo de resfriarse o despertarse con rigidez muscular como tortícolis o lumbago, dependiendo de la zona de su espalda expuesta al aire ventilado.
Algunas personas tienen más riesgo que otras.
Debido a los efectos potencialmente nocivos del ventilador en el cuerpo, dormir con este aparato encendido cerca de uno no es una buena idea, en particular para las personas alérgicas o asmáticas.
Si sufre de una o más alergias, sepa que un ventilador encendido toda la noche puede provocar los siguientes síntomas:
• crisis de estornudos repetitivos.
• lagrimeo.
• secreción nasal.
• picazón en la garganta.
• dificultades respiratorias.
En las personas más sensibles, la exposición a un flujo de aire ventilado durante varias horas puede causar rinitis, bronquitis, conjuntivitis o incluso un brote de eczema, ya que la ventilación del aire facilita la penetración de alérgenos en el organismo.
Algunos buenos reflejos permiten limitar los riesgos.
Si no tiene otra solución que un ventilador para refrescar su dormitorio en verano, tenga en cuenta los buenos hábitos para usar este aparato y limitar las molestias para su salud:
• limpiar regularmente las aspas del aparato para eliminar el polvo.
• evitar dirigir el flujo de aire hacia su rostro o su espalda.
• orientar el aparato a la altura de los pies y colocarlo lo suficientemente lejos de usted para no recibir aire directamente sobre la piel.
• ajustar el aparato a una potencia media para limitar los riesgos de contracturas musculares y el ruido que podría perjudicar su sueño.
• humedecer la atmósfera colocando una botella de agua helada frente al ventilador.
Este último truco tiene la doble ventaja de aumentar la sensación de frescura y prevenir la sequedad en la piel, las mucosas de la nariz y los ojos.
A tener en cuenta: otro aparato llamado enfriador de aire funciona con este principio. Ofrece un buen compromiso entre el ventilador y el aire acondicionado porque no consume mucho y logra bajar la temperatura ambiente de 3 a 4°C sin resecar el aire.