Tras experimentar "la falta de naturaleza" durante el primer encierro en marzo de 2020, el investigador Michel Le Van Quyen ha estado investigando los efectos de la naturaleza en nuestro cerebro. En un libro publicado por Flammarion en febrero de 2022, explica por qué el contacto con el entorno natural es bueno para nosotros.
El ser humano está cada vez más desconectado de su entorno natural
En la actualidad, más del 50% de los seres humanos del mundo, es decir, unos 4.000 millones de personas, viven en ciudades.
A medida que las zonas urbanizadas ganan terreno en todo el mundo, este será el caso de dos tercios de la población mundial en 2050.
Aunque vivir en las ciudades tiene varias ventajas, ya que en ellas se concentran todas las comodidades y una intensa vida cultural, la gran desventaja del estilo de vida urbano es que perdemos el contacto con nuestro entorno natural.
En las ciudades, perdemos la costumbre de vivir en medio de espacios naturales y de otras especies vivas, hasta el punto de desarrollar fobias hacia ciertos animales como insectos, serpientes o arañas.
La naturaleza es nuestro hogar
Aunque tendamos a olvidarlo porque vivimos en la ciudad, la naturaleza es nuestro hogar.
Nuestra especie ha vivido en espacios naturales durante decenas de miles de años y es en este entorno donde se construyó y evolucionó nuestro cerebro.
Como todos experimentamos durante la primera contención de marzo de 2020, nuestros cerebros pueden sentir 'la falta de naturaleza' cuando se les priva del contacto con el mundo exterior y los elementos naturales.
A raíz de su propia experiencia de encierro, Michel Le Van Quyen, que es director de investigación en el INSERM y trabaja en el Laboratorio de Imagen Biomédica (LIB), se cuestionó esta necesidad de naturaleza y los mecanismos cerebrales que actúan cuando nos encontramos en un bosque, frente al mar o un cielo estrellado...
En su libro Cerveau et nature, pourquoi nous avons besoin de la beauté du monde (Cerebro y naturaleza, por qué necesitamos la belleza del mundo), publicado el 16 de febrero de 2022 por Flammarion, explica:
'Nuestro entorno ha cambiado bruscamente, pasando del verde al gris, pero no nuestro cerebro. Sigue siendo en gran medida la de un cazador-recolector de las verdes estepas de nuestros orígenes paleolíticos.'
El efecto de la naturaleza en nuestro cerebro está científicamente demostrado
Basándose en su experiencia personal durante el primer encierro, Michel Le Van Quyen se fijó en las investigaciones científicas que demuestran los efectos beneficiosos de la naturaleza en nuestro cerebro.
En su libro Cerveau et nature, explica que la naturaleza regenera nuestro cerebro y que este efecto ha sido demostrado por numerosos estudios neurocientíficos.
En otras palabras, es perfectamente normal necesitar salir de la ciudad y sumergirse regularmente en la naturaleza para sentirse bien. Por ello, no es de extrañar que el mercado de la vivienda en el campo y en la costa se haya disparado desde...
¿Cómo puede disfrutar de la naturaleza para recargar las pilas?
Cuando nos sentimos cansados, a menudo tenemos la tentación de quedarnos en la cama, en el sofá y/o frente al televisor para "descansar"... Y, sin embargo, es más eficaz salir a pasear por el bosque, ver el amanecer o ir a la orilla del mar para dejar que la mente divague frente al horizonte.
Los beneficios que sentimos instintivamente cuando estamos en contacto con la naturaleza, por ejemplo cuando hacemos Senderismo o nos bañamos en un lago o en el mar, se explican por mecanismos neurológicos.
Según Michel Le Van Quyen, la naturaleza nos repone: 'nos infunde su energía y suspende momentáneamente nuestras preocupaciones y conflictos internos'.
Las actividades al aire libre y el contacto con el entorno natural, ya sea la Jardinería o los deportes al aire libre, nos proporcionan emociones positivas que evacuan el estrés y aumentan el bienestar.
Para saber más, le invitamos a Leer Cerveau et nature, pourquoi nous avons besoin de la beauté du monde (Editions Flammarion, 2022, 20€).
Este saludable libro nos recuerda que la experiencia de la naturaleza es esencial para nuestro cerebro. En este ensayo, el autor también aprovecha la oportunidad para sensibilizar a los lectores sobre la causa medioambiental y la necesidad de proteger el medio ambiente.