Aunque la osteoartritis es la enfermedad articular más común en el mundo, aún es poco conocida y comprendida. Esta patología incapacitante, caracterizada por una destrucción progresiva del cartílago, se manifiesta con dolor y pérdida de movilidad. Aquí hay 5 conceptos erróneos a eliminar para comprender mejor esta enfermedad.
1- Está relacionado con el envejecimiento normal de las articulaciones.
Aunque la osteoartritis afecta con más frecuencia a personas mayores de 65 años, no es una señal normal del envejecimiento de las articulaciones.
El 65% de los mayores de 65 años padecen esta enfermedad articular y el número de enfermos aumenta al 80% en mayores de 80 años. Sin embargo, ¡no todos los mayores sufren de osteoartritis!
Además, algunas personas comienzan a sufrir de osteoartritis de rodilla desde los 40 años. Debido al aumento de la obesidad en jóvenes, los médicos incluso observan casos de osteoartritis temprana a los 30 años.
Por lo tanto, es totalmente falso afirmar que esta patología solo afecta a los mayores y corresponde al envejecimiento normal de las articulaciones.
En realidad, el envejecimiento no es la única causa ni el único factor de riesgo de esta enfermedad. La herencia, el sobrepeso y las lesiones articulares en obesos y deportistas de alto rendimiento también pueden favorecer la aparición de esta patología.
2- Las rodillas y las caderas son las articulaciones más afectadas.
Esta afirmación es otra de las 5 ideas preconcebidas sobre la artrosis. En teoría, esta enfermedad puede afectar todas las articulaciones del cuerpo.
En la práctica, rara vez se ve artrosis en el codo, el tobillo o la muñeca y es cierto que las rodillas, las caderas y las manos son las localizaciones más frecuentes, con un impacto discapacitante en la movilidad y deformaciones irreversibles en los dedos.
Sin embargo, si se considera a toda la población, es en la columna vertebral donde esta enfermedad articular se manifiesta con mayor frecuencia. La artrosis de la columna vertebral afecta entre el 70 y el 75% de las personas de 65 a 75 años. Pero en este lugar, la enfermedad suele ser silenciosa y no causa dolor alguno.
3- El dolor es proporcional a las lesiones observadas.
A diferencia de lo que a menudo se imagina, el dolor causado por la osteoartritis no es proporcional a las lesiones anatómicas observadas en las radiografías. A veces, el dolor y la pérdida de movilidad son incapacitantes para los pacientes incluso cuando las lesiones no parecen importantes en las radiografías, y viceversa. Es por eso que los médicos también utilizan cuestionarios sobre el nivel de dolor experimentado y la incomodidad al caminar o subir escaleras en la vida diaria.
4- Algunos alimentos son perjudiciales para las articulaciones.
Quizás hayas oído decir que las personas que sufren de artrosis deben evitar la leche y los productos lácteos. Lo mismo ocurre con la carne y el gluten, que han sido señalados en diferentes modas alimentarias...
Pero en realidad, no hay ninguna evidencia científica de que ciertos alimentos sean perjudiciales para el cartílago. Si bien es cierto que la alimentación puede desempeñar un papel en la prevención y alivio del dolor articular, su efecto está principalmente relacionado con el peso.
La obesidad y el sobrepeso afectan directamente el dolor en las articulaciones. Esto explica por qué los pacientes experimentan alivio cuando eliminan ciertos alimentos (carne roja, almidones o productos lácteos grasos), simplemente porque este cambio en la dieta les hace perder algunos kilos.
En lugar de evitar a toda costa ciertos alimentos injustamente acusados de provocar dolor, los pacientes afectados deben equilibrar su alimentación para mantener o recuperar su peso ideal.
5- No se puede hacer nada contra la osteoartritis.
Es verdad que no existe un tratamiento capaz de curar la osteoartritis. Sin embargo, es completamente falso afirmar que no se puede hacer nada para aliviar los síntomas.
Una vez que se diagnostica la enfermedad, los pacientes pueden adoptar un nuevo estilo de vida para perder algunos kilos si tienen sobrepeso.
En la práctica, los médicos recomiendan:
• comer equilibrado
• practicar actividad física regular (entre 30 minutos y una hora de actividad física 3 veces por semana)
• usar plantillas ortopédicas para corregir la postura si es necesario
Es importante destacar que, siempre y cuando se elijan actividades adecuadas que no causen dolor en las articulaciones afectadas, los pacientes deben seguir haciendo deporte. Se recomienda caminar, nadar y hacer deportes acuáticos (que alivian la presión sobre las articulaciones). La idea de que se debe evitar el esfuerzo físico y no exigir demasiado a las articulaciones es, una vez más, completamente falsa.