El hecho de que las personas mayores sean más sensibles al frío que los demás no es un mito, sino una realidad. Hay razones fisiológicas y de comportamiento que explican su frialdad. Si te preguntas por qué la gente pasa más frío a medida que envejece y qué hacer al respecto, ¡sigue nuestros consejos para resistir mejor el frío!
¿Cuáles son las causas fisiológicas del escalofrío?
No todos somos iguales cuando se trata del frío y la edad es uno de los principales factores que influyen en la frialdad de un individuo. En efecto, con la edad, algunos parámetros fisiológicos cambian, empezando por la temperatura corporal.
Se sitúa entre 36 y 36,6 °C en las personas mayores, pero entre 36,6 y 37,5 °C en un adulto de mediana edad.
Si nos volvemos más fríos a medida que envejecemos, también es porque :
- el hipotálamo (la parte del cerebro que regula la temperatura corporal) pierde eficacia con la edad y es menos capaz de adaptarse a los cambios de temperatura
- Los vasos sanguíneos tienden a encogerse con la edad y no irrigan tan bien las extremidades. Esto explica por qué las personas mayores suelen tener las manos y los pies fríos.
- El envejecimiento suele ir acompañado de una pérdida de masa muscular. Los músculos y la grasa forman una capa protectora que resguarda nuestros órganos internos del frío.
- Con la edad, el tejido adiposo pierde ciertas células (conocidas como células linfoides innatas del grupo 2) que restablecen el calor corporal cuando hace frío.
Todos estos factores fisiológicos pueden explicar por qué las personas mayores son más sensibles al frío. Además, en las personas mayores, la sensación de frío se agrava aún más por causas de comportamiento.
¿Cuáles son las causas conductuales de los pies fríos?
Con la edad, algunas personas pierden el apetito y pueden sufrir desnutrición (una lacra que afecta a entre el 4 y el 10% de las personas mayores de 70 años que viven en casa). Una nutrición inadecuada provoca pérdida de peso y derretimiento de la grasa corporal, lo que se traduce en una mayor sensibilidad al frío.
Si tenemos más frío a medida que envejecemos, también se debe a que nos volvemos menos activos con la edad. Moverse menos agrava el enfriamiento porque la actividad física es una buena forma de entrar en calor.
Por último, es importante saber que ciertas enfermedades como la enfermedad de Raynaud y ciertos medicamentos agravan los escalofríos.
Algunos tratamientos como los neurolépticos, las benzodiacepinas y los antidepresivos afectan a la percepción del frío y a la regulación de la temperatura corporal. Lo mismo ocurre con algunos somníferos y algunos medicamentos para la tensión arterial.
¿Cómo resistir mejor el frío?
En las personas mayores, la sensación de frío aumenta la tensión arterial, la fatiga y el riesgo de infarto. Dado que entumece las extremidades y aumenta los dolores reumáticos, el frío también incrementa el riesgo de caídas en las personas mayores.
Por eso, aunque con la edad seamos más frioleros por naturaleza, como explicábamos antes, es importante adoptar ciertos buenos hábitos para resistir mejor el frío.
Entre los buenos reflejos a adoptar para pasar menos frío, recuerda que debes:
- Comer y beber lo suficiente, especialmente proteínas y alimentos calientes como sopas y bebidas calientes como infusiones y chocolate caliente.
- mantente en movimiento asegurándote de levantarte regularmente para caminar. Incluso se recomienda salir a pasear al aire libre, siempre que vayas bien cubierto.
- cúbrete bien, especialmente en los pies, las manos y el cuello.
- equipe su cama con un buen edredón y caliéntela si es necesario con una bolsa de agua caliente para favorecer la relajación y el sueño.