Gracias a las neurociencias, se conoce cada vez mejor el efecto beneficioso de la música en el cerebro. La música ayuda, por ejemplo, a reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo de los pacientes hospitalizados. ¿Pero sabías que tus canciones favoritas también pueden servir como musicoterapia? Para aquellos que dudan, hemos enumerado 5 beneficios de las canciones en el estado de ánimo.
Las canciones provocan una ola de emociones.
Si amamos tanto escuchar música y canciones es porque estas no solo se dirigen a nuestros oídos sino también a nuestro cerebro. Las neurociencias han demostrado que el cerebro es un órgano hipersensible a la voz y a todas las emociones que las canciones provocan.
Según los especialistas en este campo, la canción es la forma de expresión más conmovedora para el cerebro humano y provoca una avalancha emocional más fuerte que la música instrumental.
De hecho, las canciones combinan una melodía y una voz cargadas de emociones y letras que tienen sentido. Todo esto forma un cóctel explosivo al que nuestro cerebro es particularmente sensible.
En las relaciones con los demás, nuestro cerebro busca conocer el estado emocional de los otros. Una canción transmite esta información y probablemente sea por esta razón que puede ser tan conmovedora. Esta capacidad para desencadenar una emoción es el primer de los 5 beneficios de las canciones sobre el ánimo.
2- Las canciones nos llevan de vuelta a la infancia.
Por supuesto, las canciones que nos acompañaron en nuestra infancia y adolescencia permanecen grabadas en nuestra memoria y actúan sobre nosotros como madeleines de Proust. Los terapeutas de musicoterapia utilizan precisamente las canciones que marcaron una generación para reactivar la memoria de los pacientes con enfermedad de Alzheimer.
Sin embargo, incluso títulos más recientes pueden hacernos retroceder a la infancia porque algunas canciones tienen el poder de reconfortarnos y consolarnos como lo hacía nuestra madre.
Las canciones que escuchamos en bucle son el equivalente en la edad adulta de las canciones de cuna que nuestros padres solían cantarnos. Es por eso que el segundo de los 5 beneficios de las canciones en el ánimo radica en su efecto regresivo y reconfortante.
3- Las canciones ponen palabras a nuestros males.
El poder consolador de las canciones se revela valioso en ciertas circunstancias de la vida, por ejemplo cuando se vive un dolor de amor o un duelo. Las canciones tristes nos ayudan a abrazar esa emoción en lugar de negarla. Por eso, paradójicamente, escuchamos canciones tristes cuando ya estamos tristes nosotros mismos, y no títulos alegres y animados.
Estas canciones permiten poner palabras a nuestros males, hacer brotar nuestras emociones enterradas y así curar nuestras heridas. Es otro de los 5 beneficios de las canciones y uno de los más útiles cuando estamos deprimidos.
4- Es posible identificarse con una canción.
También sucede que una canción en particular nos habla, que nos identificamos con ella en algún momento de nuestra vida. Cuando las letras cantadas por otros interactúan con nuestra historia personal, podemos identificarnos con la canción y apropiarnos de su mensaje. Este poder de identificación es el cuarto de los 5 beneficios de las canciones en el estado de ánimo.
Aún más sorprendente, según las neurociencias, ¡las canciones pueden actuar como un mensaje subliminal y hablar a nuestro inconsciente! Pero, en cualquier caso, las canciones ayudan a sentirse mejor y a enfrentar los desafíos de la vida.
5- Las canciones son un placer adictivo (y seguro)
Para concluir esta lista de los 5 beneficios de las canciones en el estado de ánimo, hay que hablar por supuesto del placer universal de escuchar música.
Escuchar una canción que nos gusta es una forma de adicción, tanto que podemos escucharla en repetición sin cansarnos. Si te preguntas por qué una melodía se queda en tu cabeza y te vuelve adicto, debes saber que no es nada anormal.
Las canciones activan el circuito de la recompensa que produce dopamina. Actúan sobre los mismos circuitos neuronales que el chocolate, ¡pero sin las calorías! En resumen, una buena canción es un placer adictivo y escucharla constantemente tiene el poder de tranquilizarnos, como todas las cosas familiares.