Para los mayores autónomos, que aman su independencia pero quieren romper con su soledad, existe una solución de vivienda a veces desconocida: el beguinaje. Vamos a explicar en qué consiste este tipo de alojamiento en 5 preguntas.
Para los mayores autónomos, que aman su independencia pero quieren romper con su soledad, existe una solución de vivienda a veces desconocida: el beguinaje. Vamos a explicar en qué consiste este tipo de alojamiento en 5 preguntas.
El concepto de beguinaje nació en Flandes en el siglo XVII. Originalmente, esta palabra se utilizaba para designar lugares donde vivían comunidades religiosas. Mujeres llamadas beguinas trabajaban, rezaban y vivían juntas respetando la intimidad de cada una.
Hoy en día, algunos beguinajes han sido renovados y reconvertidos en alojamientos para personas mayores. Paralelamente, se están construyendo nuevos conjuntos residenciales siguiendo el modelo de los antiguos beguinajes y retomando este nombre.
Los beguinajes de hoy en día son viviendas para personas mayores. Pero conservan una vocación social y acogen prioritariamente a las personas mayores con ingresos modestos.
Estos lugares de vida compuestos por viviendas individuales y edificios comunes están dirigidos a personas de más de 60 años no dependientes.
La asociación Béguinage Solidaire, que promueve este tipo de hábitat, no tiene ninguna vocación religiosa. Ofrece a las personas que cumplen estos criterios alquilar viviendas personales, como una casa o un apartamento, mientras comparten un tercer lugar dedicado a actividades colectivas.
Los beguinajes para personas mayores se componen en general de 10 a 20 viviendas de una sola planta ofrecidas en alquiler o en venta. Estas viviendas individuales están especialmente diseñadas para personas mayores que pueden tener movilidad reducida.
Los mayores que residen allí están en su casa y pueden recurrir a los servicios de una ayuda a domicilio. También se comprometen a participar en la vida común, que está marcada por actividades y momentos de convivencia en espacios compartidos.
Pero, por supuesto, cada residente es libre de involucrarse más o menos en las actividades comunes, según sus deseos y carácter.
Muchos mayores que no quieren ir a una residencia de ancianos o a una casa de retiro optan por esta solución. Al optar por una vivienda en un beguinaje, disfrutan de un entorno adaptado, pensado para ser a la vez seguro y acogedor.
Los beguinajes son una buena alternativa a la residencia de ancianos. Entre las ventajas de este tipo de alojamiento, se pueden destacar:
• una vivienda adaptada a la pérdida de autonomía.
• la presencia de comercios cercanos.
• el compartir espacios y servicios comunes.
• la posibilidad de conocer gente cuando se desee.
Debido a que se basan en los principios de compartir, solidaridad y ayuda mutua, los beguinajes para mayores contribuyen a la preservación del vínculo social. Romper la soledad es una demanda fuerte de las personas mayores, especialmente desde la crisis sanitaria del Covid.
Las tarifas de los beguinajes para personas mayores varían en función de la región de implantación.
Algunos de estos alojamientos muestran alquileres y tarifas adaptadas a los jubilados con ingresos bajos. Este es especialmente el caso cuando el beguinaje es gestionado por las colectividades locales o por un arrendador social.
Si está interesado en este tipo de vivienda para personas mayores, tenga en cuenta que también puede beneficiarse de las ayudas al alquiler y del APA a domicilio. Son dos ayudas que se pueden acumular.
Para saber más sobre este concepto de alojamiento para personas mayores y para encontrar un beguinaje en Francia, le invito a consultar el sitio de la asociación Béguinage solidaire (enlace a continuación).
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