Con la llegada de los días soleados, las técnicas para adelgazar proliferan en las revistas femeninas y en Internet. En lugar de seguir una enésima dieta con resultados efímeros, es más efectivo reconectar con el propio cuerpo para perder peso de manera duradera. Ese es el principio del método Meer, creado por una coach neurocomportamental en nutrición. Les proponemos descubrir este método para adelgazar sin hacer dieta en 5 puntos clave.
La comida no es el fondo del problema.
El método Meer permite adelgazar sin dieta porque se basa únicamente en un trabajo psicológico.
Según Nathalie Meer, la fundadora de este método revolucionario, las restricciones alimentarias no funcionan de manera sostenible para perder peso ya que el contenido y la cantidad de las comidas no constituyen el problema fundamental para las personas con sobrepeso.
La verdadera cuestión es más bien el papel que juega la comida para la persona, dependiendo de si odia la comida, si está obsesionada con ella, si quiere controlarla sin lograrlo o si la usa como consuelo...
El cerebro influye en los comportamientos alimenticios.
El método Meer invita a los pacientes a tomar conciencia de cuánto el cerebro y las emociones influyen en los comportamientos alimenticios. En situaciones de estrés y emociones negativas, nuestro cerebro puede incitarnos a comer incluso si no tenemos hambre, buscando consuelo y placer en la comida.
Nathalie Meer, que ha trabajado en el servicio de cirugía gástrica de la clínica de Marignane y ha acompañado a numerosos pacientes obesos, explica: "El problema no es la comida que consumimos, sino lo que representa y el malestar que intenta compensar".
Además, varios estudios han demostrado que las personas con sobrepeso son las que más dificultades tienen para enfrentarse a eventos difíciles. Utilizan la comida como un refugio y una protección frente a sus emociones negativas.
Es necesario redescubrir la sensación de hambre.
Para los pacientes con sobrepeso u obesidad, uno de los objetivos del método Meer es aprender a reconectar con la sensación de hambre, es decir, el verdadero hambre fisiológico.
Los pacientes que siguen este método deben dejar todas las restricciones y sustituciones alimenticias, que consisten por ejemplo en comer crudités cuando se tiene antojo de pasta o carne.
También deben, y sobre todo, volver a comer cuando tienen hambre, lo que no es tan simple porque necesitan aprender a diferenciar entre "el verdadero hambre" y "el falso hambre". Por ejemplo, comer chocolate como consuelo emocional es una buena ilustración del concepto de falso hambre...
Para reconectar con las verdaderas sensaciones de hambre y saciedad, el método Meer desafía varias ideas preconcebidas y ciertos patrones impuestos por la sociedad. Así, este método considera que no es necesario comer tres veces al día y que es perfectamente posible saltarse una comida si no se tiene hambre. Tampoco es necesario comer a horas fijas, ya que lo esencial es escuchar al cuerpo y su apetito.
4- Hay que escuchar a su cuerpo ante todo.
Porque se basa en un enfoque psicológico y conductual, el método Meer es mucho más que una simple técnica para adelgazar. Consiste más bien en un reequilibrio alimenticio y cognitivo.
Este método invita a los pacientes a reconectar con su cuerpo para escucharlo mejor y poder responder a sus solicitudes y necesidades en el momento adecuado.
Les permite reconciliarse con la comida y comer sin restricciones ni culpa para un resultado a largo plazo. Con este método, no se debe esperar una pérdida de peso rápida. En promedio, se calcula entre 5 y 12 meses para obtener resultados, en términos de adelgazamiento y bienestar. Pero la gran ventaja de este método es acabar con el efecto yoyo y el rebote de peso.
Se encuentran otras soluciones para manejar el estrés con la ayuda de un coach.
En la metodología Meer, los pacientes aprenden a no utilizar más la comida como un consuelo o compensación frente al estrés de la vida cotidiana o al estrés relacionado con un evento difícil, como una muerte, un divorcio o una pérdida de empleo. Este método incluso se enfoca en el estrés inconsciente, transmitido de generación en generación, que atrapa a algunos pacientes en un comportamiento insalubre con la comida.
Una parte de este método conductual consiste en adquirir técnicas para desactivar las crisis de bulimia o de compulsión alimentaria. Con el fin de no comer solo para calmarse, **los pacientes aprenden a manejar su estrés de otra manera**, con la ayuda de un coach.
Este protocolo comienza con una entrevista con un coach para **establecer un balance personalizado** y determinar el número de sesiones de coaching a seguir, en función del número de kilos a perder y de los objetivos de cada persona.
Posteriormente, **se programan consultas individuales con una duración de 1h30** aproximadamente una vez al mes. Entre cada sesión de coaching, el paciente debe realizar ejercicios con el objetivo de modificar sus comportamientos alimenticios.
Este método, que representa **una verdadera inversión de tiempo y dinero**, está dirigido prioritariamente a personas con obesidad y/o que sufren de trastornos del comportamiento alimentario.