Según un estudio de la Universidad de Colorado en Estados Unidos, la fructosa sería la principal causa de obesidad en el mundo. Este azúcar, presente de forma natural en la miel, las frutas y algunos vegetales, también se añade en forma de jarabe en muchos productos procesados. Según los autores de este estudio estadounidense, este carbohidrato simple desregularía por completo los mecanismos de saciedad y almacenamiento de nuestro cuerpo. Explicaciones.
¿Qué alimentos contienen fructosa?
La fructosa es un carbohidrato simple al igual que la glucosa, la sacarosa y la lactosa. Es un azúcar naturalmente presente en algunos alimentos y especialmente en la miel y las frutas, de ahí su nombre.
La miel contiene cerca del 40% de fructosa y las frutas secas como las pasas, los higos o los dátiles contienen un 30%. En comparación, una pera contiene un 6% y un plátano maduro un 5%.
También se encuentra este azúcar en muchas verduras como las zanahorias e incluso en tubérculos como la cebolla, el topinambur o la achicoria...
Pero sobre todo, este azúcar simple es un aditivo muy presente en los productos ultraprocesados. Es ampliamente utilizado por la industria agroalimentaria debido a su gran poder edulcorante y bajo costo. Por lo tanto, se encuentra en abundancia en los refrescos, las galletas y los postres industriales en forma de jarabe de glucosa-fructosa.
¿Cuáles son los peligros de la fructosa?
Los peligros del fructosa para la salud están relacionados con un consumo excesivo de este azúcar simple. Cuando se consume en cantidades razonables y se combina con vitaminas y fibras naturalmente presentes en las frutas, no representa un problema.
Sin embargo, su presencia omnipresente en cantidades excesivas en los productos ultraprocesados convierte a este azúcar de origen natural en un enemigo temible para nuestra salud.
Según un estudio reciente estadounidense, perturbaría el organismo y su metabolismo. En lugar de saciar, los productos industriales ricos en jarabe de glucosa-fructosa provocarían una sensación de hambre que lleva a los consumidores a comer más y más grasas.
¿Cuáles son los efectos negativos de la fructosa en el peso?
Según un estudio publicado en octubre de 2023 en la revista médica "Obesity" (enlace abajo), la fructosa desregula completamente nuestro organismo, aumentando la sensación de hambre e impidiendo que nuestro cuerpo queme las grasas y calorías ingeridas.
Los investigadores de la Universidad de Colorado que llevaron a cabo este estudio examinaron diferentes factores potenciales de obesidad. Descubrieron que, cuando se consume en grandes cantidades, "este azúcar reduce la concentración de adenosina trifosfato o ATP en la sangre". Esta molécula contribuye a proporcionar energía a las células del cuerpo.
Por lo tanto, la disminución de los niveles de ATP en la sangre provoca una disminución de la energía disponible a nivel celular. El cuerpo envía una señal al cerebro de que falta energía y que es necesario comer.
Según estos investigadores estadounidenses, el exceso de fructosa es la causa de un desequilibrio energético y metabólico y de un "círculo vicioso" real. Impide la sensación de saciedad y desencadena el deseo de consumir alimentos más grasos en mayor cantidad.
Además de aumentar la sensación de hambre y el consumo de alimentos grasos, la fructosa también impide que el organismo queme calorías y utilice sus reservas de grasa. Según este estudio, este azúcar pone al organismo "en modo de baja energía", según un mecanismo ancestral que permite a los grandes mamíferos no perder su masa grasa cuando la carne escasea y deben alimentarse exclusivamente de frutas y verduras.
Los autores de este estudio han planteado la hipótesis de que "este azúcar es la principal causa de obesidad en el mundo" por la simple razón de que hace que nuestro cuerpo crea que debe almacenar en previsión de un futuro período de escasez. Originalmente destinada a facilitar nuestra supervivencia a corto plazo, esta característica ahora causa numerosas enfermedades como la obesidad, la enfermedad del refresco o enfermedad del hígado graso y las enfermedades cardiovasculares.
Aunque se deben realizar más estudios para confirmar esta hipótesis, es una pista prometedora para prevenir mejor la obesidad y ayudar a los pacientes a perder peso.
¿Cómo limitar los riesgos asociados con la fructosa?
Para evitar caer en esta espiral infernal de aumento de peso relacionado con el exceso de fructosa, primero debes reducir tu consumo de bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados.
Al elegir frutas enteras en lugar de jugos de frutas y platos caseros en lugar de platos industriales, puedes reducir rápidamente tu ingesta de jarabe de glucosa-fructosa. De esta manera, limitarás los riesgos de obesidad y, en general, aprenderás a comer mejor para tu salud.