El mijo es una semilla comestible aún poco conocida en Francia. Sin embargo, este alimento está lleno de virtudes para la salud. Es a la vez sin gluten y rico en vitaminas y minerales. Vamos a explicarte cómo cocinar y comer el mijo para aprovechar sus numerosos beneficios nutricionales.
¿Cuáles son los beneficios del mijo?
El mijo es una semilla comestible proveniente de la planta Panicum miliaceum, una planta anual herbácea de la familia de las Poáceas.
Consumido como un féculent, el mijo descascarillado y perlado tiene la doble ventaja de ser sin gluten y muy digerible. Es adecuado para las personas que sufren de la enfermedad celíaca pero no está reservado solo para ellas. De hecho, aunque es una excelente fuente de fibra, esta semilla es muy bien tolerada por los intestinos sensibles.
También es interesante por su contenido en nutrientes. Constituye una buena fuente de proteínas vegetales, carbohidratos, vitaminas y minerales. El mijo sería incluso uno de los cereales más ricos en minerales, tales como el fósforo, el potasio, el magnesio y el zinc.
¿Cómo cocinar el mijo en grano?
Los granos de mijo tienen un pequeño sabor a nuez. Siempre hay que enjuagarlos con agua clara antes de cocinarlos, para eliminar posibles impurezas y parte de su amargor.
El modo de cocción es similar al de la quinua: basta con verter en una cacerola un volumen de granos por dos volúmenes de agua y cocinar a fuego lento y tapado, durante aproximadamente 20 minutos, hasta la completa absorción del agua.
Como la textura de estos granos se asemeja a la de la sémola de trigo, se pueden utilizar para preparar cuscús sin gluten.
También es posible consumir estos granos sin cocinarlos, siempre que se hagan germinar. Utilice un germinador especial para semillas germinadas y deje que los brotes se desarrollen durante 2 a 3 días, antes de agregarlos a ensaladas compuestas.
¿Cómo comer copos de mijo?
En las tiendas de productos orgánicos, también encontrará este cereal sin gluten en forma de copos, muy práctico para el desayuno o para preparar un tentempié saludable durante el día.
Los copos de mijo generalmente no tienen azúcar. Por lo tanto, puede incorporarlos en todas sus preparaciones, incluidas preparaciones saladas como sopas, gratinados, hamburguesas vegetales o pan.
En versión dulce, puede utilizarlos para preparar un crumble o simplemente consumirlos en productos lácteos (leche, yogur…) o su equivalente vegetal.
Para preparar una papilla con este tipo de copos, cuente 50 a 60 g de copos por 20 cl de leche o bebida vegetal. Caliente el líquido en una cacerola y espere a que hierva antes de agregar los copos y el aroma de su elección, por ejemplo, una bolsita de azúcar vainillado o una pizca de canela.
Cocine esta papilla a fuego lento, revolviendo de vez en cuando. Tan pronto como la preparación tenga una consistencia cremosa, apague el fuego y vierta la papilla en un tazón. Solo queda agregar frutas frescas y nueces para obtener un desayuno completo. Los más golosos incluso pueden rociar esta papilla con un chorrito de jarabe de arce.
¿Cómo usar la harina de mijo?
Cuando se muelen, los granos de mijo dan una harina sin gluten que puede ser de color amarillo o marrón.
La harina amarilla, que es la más común en el comercio, puede ser utilizada en panes y pasteles. La harina marrón, más rica en nutrientes, es perfecta para preparar bocadillos saludables para deportistas.
Pero, sea cual sea su color, recuerde que esta harina tiene un sabor pronunciado. Por eso, generalmente se aconseja mezclarla con otra harina sin gluten de sabor más suave como la harina de chufa.
En las recetas de pasteles, gofres o crepes, puede combinar estas dos harinas en partes iguales para obtener un sabor más neutro. En India, tradicionalmente se utiliza la harina de mijo para preparar una especie de crepes finas saladas llamadas dosas que se comen con diferentes salsas picantes.