El Internet de las cosas o Internet of Things (IoT) en inglés surgió en la década de 2000 y es una de las áreas de innovación más prometedoras para las próximas décadas. Permite hacer que los objetos cotidianos sean más inteligentes para simplificar la vida del usuario. Te invitamos a descubrir cómo la 5G y el Internet de las cosas se combinarán en los próximos años para revolucionar nuestro entorno.
El Internet de las cosas: una revolución en marcha.
Fue en 1999 cuando el informático inglés Kevin Ashton inventó la expresión "Internet de las cosas" (IoT) para describir un sistema en el que los objetos cotidianos están conectados a Internet a través de sensores.
Desde la década de 2000, cada vez más objetos comunes están equipados con una conexión a Internet que les permite interactuar con los usuarios a distancia o en proximidad, comunicarse entre sí y tomar iniciativas. Por ejemplo, hemos visto cómo se han popularizado los relojes inteligentes que permiten al usuario monitorear su sueño, su estado de salud y su rendimiento deportivo.
Más ampliamente, el Internet de las cosas encuentra aplicaciones en diversos campos como la salud y el bienestar, los vehículos conectados y/o autónomos, la domótica y la ropa inteligente...
Las posibles aplicaciones del IoT son extremadamente variadas. Pero en todos los casos, estos objetos inteligentes, destinados a simplificar la vida del usuario, necesitan una buena conexión a Internet para funcionar. Es por eso que las personas que adquieren este tipo de accesorios conectados para su salud, entrenamiento deportivo o vigilancia de su hogar también deben considerar contratar un plan de datos móviles 5G.
Los beneficios de la 5G para el IoT
Con la implementación de la 5G, la velocidad en la red se multiplica por 20. Pasa de 1 Gbit/s en condiciones óptimas con la 4G a 20 Gbit/s. Esta velocidad no solo permite mejorar los usos existentes como el streaming de video y las videollamadas, sino también imaginar nuevos.
Gracias al poder de la 5G, su velocidad, confiabilidad y baja latencia de un milisegundo, el Internet de las cosas permitirá el desarrollo de nuevos usos, tales como:
• Vigilancia por video más efectiva en los hogares, con la posibilidad de hacer zoom y extraer imágenes claras de los intrusos en caso de robo en una vivienda.
• Realización de operaciones quirúrgicas a distancia mediante un brazo robótico controlado remotamente por el médico con una fluidez perfecta.
• Uso de objetos conectados para actividades agrícolas en zonas rurales donde la cobertura de Internet era insuficiente hasta ahora.
• Desarrollo de vehículos autónomos en las ciudades gracias a una mejor velocidad de datos, estabilidad de la conexión y casi nula latencia.
Una combinación prometedora con un futuro brillante.
Por las diferentes razones mencionadas anteriormente, la 5G y el Internet de las cosas son dos innovaciones destinadas a desarrollarse de la mano.
La 5G proporciona las soluciones técnicas indispensables para desplegar múltiples objetos conectados en nuestro entorno diario, mejorando la fluidez, seguridad y confiabilidad de la conexión a Internet.
También debería permitir consolidar la cobertura móvil en las zonas rurales de nuestro territorio y contribuir así a la democratización del IoT y sus múltiples usos (agricultura 2.0, telemedicina y consultas médicas a distancia, hogar inteligente y coche autónomo, por ejemplo).