Los bancos advierten a sus clientes de un repunte de las estafas con tarjetas de crédito. Una nueva estafa llamada spoofing se está cobrando cada vez más víctimas en Francia en las últimas semanas. Le explicamos qué es y cómo protegerse.
Los bancos advierten a sus clientes de un repunte de las estafas con tarjetas de crédito. Una nueva estafa llamada spoofing se está cobrando cada vez más víctimas en Francia en las últimas semanas. Le explicamos qué es y cómo protegerse.
La palabra "spoofing" es un anglicismo que significa literalmente robo de identidad.
Se trata de una nueva técnica de estafa con tarjetas de crédito que actualmente se está cobrando muchas víctimas.
La suplantación de identidad suele adoptar la forma de una estafa telefónica, aunque los estafadores también pueden ponerse en contacto con usted por correo electrónico o SMS.
En todos los casos, los estafadores que se ponen en contacto con usted se presentan como su banco, de ahí que el nombre de esta estafa se refiera al robo de identidad.
Por lo general, los estafadores que se dedican a la suplantación de identidad ya tienen información sobre sus víctimas.
Se ponen en contacto contigo por teléfono, SMS o incluso correo electrónico y se hacen pasar por tu banco para conseguir tus datos bancarios.
Pero si caes en la trampa y les revelas tus credenciales, pueden desviar el dinero de tu cuenta a otra fraudulenta.
Esta estafa, por sencilla que parezca, es formidable porque puede costarle miles de euros.
Para las víctimas de la suplantación de identidad, es difícil distinguir entre una llamada auténtica (o un mensaje) del banco y una estafa.
Esto se debe a que el número de su banco o del servicio de atención al cliente de su banco sí aparece en su teléfono cuando llama.
Asimismo, el membrete de su banco sí aparece en los correos electrónicos que le envían los estafadores.
Por teléfono, la persona se presenta como un empleado de su sucursal bancaria o un inspector del departamento de control de fraudes de su banco.
Te dicen que eres víctima de un ataque y te dan varios datos personales sobre ti (como tu nombre y apellidos, dirección y número de teléfono) para que te sientas más seguro y consigas tus códigos personales.
El estafador al otro lado del teléfono dice necesitar sus datos bancarios para bloquear las transacciones fraudulentas en su cuenta.
A veces también afirman que le envían códigos de cancelación para poder detener el fraude, cuando en realidad son códigos para validar las compras que están realizando en línea, a menudo en sitios ubicados en el extranjero.
La estafa está muy bien pensada y montada profesionalmente, por lo que cualquiera puede caer en esta trampa.
Para protegerte de los intentos de suplantación de identidad por parte de personas malintencionadas, debes recordar la regla de oro: no debes nunca divulgar tus datos personales ni por teléfono ni por correo electrónico.
Ten en cuenta que si la persona que está al otro lado del teléfono es realmente tu banquero, no necesita tus claves personales y, por tanto, nunca te las pedirá.
En cuanto alguien te pida tus claves (sea cual sea el medio de comunicación y el pretexto utilizado), puedes estar seguro de que se trata de una estafa.
Manténgase en guardia porque su credulidad podría costarle muy caro. Las víctimas de esta nueva estafa se lamentan de pérdidas económicas que van desde unos cientos de euros hasta 10.000 o 15.000 euros.
Además, cuando reciba un correo electrónico sospechoso, no haga clic en los enlaces del mismo ni abra los archivos adjuntos.
Si tiene alguna duda, póngase en contacto con su banco directamente para averiguar si el mensaje es realmente de ellos.
Además, ten en cuenta que si das tus claves personales a un estafador, el banco te considerará responsable de este error y no te devolverá el dinero perdido. Sólo puede presentar una denuncia por fraude.
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