Caminar y correr forman parte de las actividades físicas más accesibles para el público en general. Pero existen matices entre el running, el jogging y la caminata rápida. Les propongo hacer un repaso sobre las diferencias y los beneficios de estas diferentes disciplinas.
Correr vs trotar: una cuestión de ritmo
Si piensas que correr y trotar es lo mismo, porque en ambos casos se trata de correr, necesitas precisar un poco tu vocabulario.
La principal diferencia entre estas dos actividades físicas radica en el ritmo, es decir, la velocidad de carrera que uno adopta. Mientras que los corredores buscan el rendimiento, los trotadores corren principalmente por placer, a un ritmo más moderado.
Los primeros se entrenan para mejorar su tiempo o para prepararse para un desafío físico como un maratón o medio maratón, mientras que los segundos no necesariamente buscan salir de su zona de confort. Cuando se trota, se debe sentir un aumento en la frecuencia cardíaca pero se debe poder hablar mientras se corre.
Correr vs caminar rápido: beneficios adicionales
Dado que los corredores no corren "a toda velocidad" y no llevan sus límites al máximo, puede que te preguntes si el jogging realmente tiene algún beneficio en comparación con la caminata rápida. La respuesta es sí.
Caminar rápido o correr despacio comparten algunos beneficios para la salud. Estas dos actividades permiten:
• quemar calorías y mantener un peso saludable.
• fortalecer los músculos de las piernas, muslos y glúteos.
• mejorar la circulación sanguínea, lo cual es beneficioso para la salud cardiovascular en general.
Sin embargo, correr incluso a un ritmo moderado tiene virtudes adicionales. Los beneficios para los corredores están relacionados con los impactos de la carrera:
• se refuerza la densidad ósea.
• se mantiene mejor la movilidad de las articulaciones y disminuye el riesgo de artrosis.
• se activa aún más la circulación de la sangre y la linfa en el cuerpo.
A tener en cuenta: si no quieres elegir entre estas dos actividades, también puedes alternar caminata y carrera. Generalmente se recomienda alternar 5 minutos de carrera y 1 minuto de caminata 5 veces, hasta alcanzar el total recomendado de 30 minutos de actividad física.
Correr vs caminar rápido: dos deportes para públicos diferentes
Contrariamente a una idea preconcebida, caminar rápido es un verdadero deporte. ¡De hecho, se trata de una actividad de resistencia y una disciplina olímpica!
Lo que diferencia esta actividad del simple hecho de caminar por la calle, una vez más, es el ritmo. En la marcha "rápida", debe estar comprendido entre 5 y 7 km/h. Así, esta disciplina permite aumentar ligeramente el ritmo cardíaco y provoca un ligero jadeo.
Esta forma de caminar es una buena manera de alcanzar los 30 minutos de actividad física recomendados cada día. Pero sobre todo, tiene la gran ventaja de ser una actividad de intensidad moderada. Por lo tanto, es accesible a un amplio público, incluidas las personas con sobrepeso, las mujeres embarazadas y los deportistas que retoman la actividad física después de una lesión.
A tener en cuenta: estas personas también pueden practicar la caminata en cinta y seguir la popular metodología 12-5-30 que actualmente es muy popular en las redes sociales. Para saber más sobre este método saludable para practicar en el gimnasio, pueden consultar nuestro artículo sobre el tema (enlace adjunto).
Por el contrario, el running está dirigido a personas en plena posesión de sus capacidades físicas. Es un deporte más exigente que permite superarse y mejorar su ritmo cardíaco y su esperanza de vida gracias a un esfuerzo más intenso. Para alcanzar sus objetivos, los runners generalmente adoptan un estilo de vida saludable como verdaderos atletas.
¡Pero cuidado! Incluso si tienes una excelente condición física, ¡no debes practicar running todos los días! El ritmo adecuado consiste en correr un día sí y otro no para permitir que tu cuerpo tenga tiempo de recuperarse. La principal desventaja de esta actividad física en comparación con el jogging o caminar rápido, es que el riesgo de lesiones aumenta considerablemente cuando se sigue un entrenamiento demasiado intensivo.
Recuerda que la progresividad es la clave para no lesionarte. Ten cuidado de no correr demasiado rápido ni demasiado fuerte y asegúrate de incluir al menos una sesión de fortalecimiento muscular por semana en tu entrenamiento.
Ahora que has entendido bien la diferencia entre caminar rápido, hacer jogging y running, puedes elegir con conocimiento de causa la actividad física más adecuada a tu nivel y tus necesidades. Para la salud, lo más importante es moverse cada día, adaptando la intensidad del esfuerzo a tus propias capacidades.