El Tgv: 5 Anécdotas Sobre El Tren De Alta Velocidad

El TGV celebró sus 40 años en 2021. Desde la inauguración de la primera línea de alta velocidad en 1981, este tren emblemático de Francia no ha dejado de innovar, expandir su red y batir récords. Aquí hay 5 anécdotas insólitas que probablemente desconoces sobre este tren de alta velocidad.

El TGV francés se inspira en el Shinkansen japonés.

A pesar de lo que piensen los espíritus chovinistas, Francia no inventó el primer tren de alta velocidad. El proyecto de construir un tren de alta velocidad para conectar las principales ciudades del Hexágono surgió durante los años 1960, tomando a Japón como modelo.

Fue en 1959 cuando Japón comenzó la construcción del primer tren de alta velocidad del mundo, el Shinkansen. Este entró en servicio en 1964, diecisiete años antes del primer TGV. La primera línea de alta velocidad del mundo unía Tokio con Osaka.

El primer prototipo era impulsado por gas.

Con este proyecto de tren de alta velocidad, la SNCF espera restablecer la afluencia de sus trenes, que ha estado en constante disminución durante los años 1960. La empresa apuesta por el aumento de la velocidad para competir más eficazmente contra el automóvil y el avión.

Aunque parezca sorprendente hoy en día, la primera versión del TGV era impulsada por turbinas de gas. El primer prototipo, llamado TGV 001, es la única formación de este tipo que se ha construido. Alcanzó una velocidad de 318 km/h, una cifra que sigue siendo, hasta la fecha, el récord mundial de velocidad ferroviaria en tracción térmica.

A partir de 1973, la crisis del petróleo obligó a la SNCF a modificar su tren de alta velocidad y optar por la tracción eléctrica, con suministro de corriente mediante catenarias y captación por pantógrafo.

El cambio a la tracción eléctrica reactivó el programa de investigaciones y pruebas a partir de 1974. El prototipo Z 7001 (apodado Zébulon) recorrió aproximadamente un millón de kilómetros en pruebas para testar diferentes innovaciones.

3- El TGV debe su apariencia a un diseñador franco-británico.

En marzo de 1974, el presidente Pompidou inició el proyecto del tren de alta velocidad francés y el gobierno aprobó la construcción de una línea de alta velocidad entre París y Lyon: la LGV Sud-Est (LN1).

Los viajeros pudieron tomar el TGV entre estas dos ciudades a partir del 27 de septiembre de 1981, para un viaje que duraba 2h40, en comparación con 1h45 hoy en día. Pero probablemente no sabían que el buque insignia de la SNCF debía su silueta característica a Jacques Cooper, un diseñador de origen franco-británico.

Jacques Cooper falleció el 16 de abril de 2024 a la edad de 93 años. Henri Poupart-Lafarge, el CEO de Alstom, le rindió homenaje al declarar: "Él ha marcado para siempre el sector ferroviario, diseñando en particular la nariz característica del TGV naranja, que ha abierto el camino a la alta velocidad en Francia."

Posee un récord de velocidad sin igual hasta la fecha.

El 26 de febrero de 1981, se estableció un primer récord de velocidad en la LGV Sud-Este a 380 km/h. Este récord tenía sobre todo el objetivo de tranquilizar a los futuros viajeros, demostrándoles que los 260 km/h a los que pronto serían transportados podían alcanzarse con total seguridad.

En 1988, el récord de velocidad superó la barrera simbólica de los 400 km/h. El 18 de mayo de 1990, el TGV obtuvo el récord mundial de velocidad, a 515,3 km/h en la LGV Atlántica. Es el último récord homologado del tren de alta velocidad, todavía sin igual.

El 3 de abril de 2007, en la LGV Est europea, la SNCF batió su propio récord al hacer circular la rama de pruebas 4402 a una velocidad de 574,8 km/h.

5- Se anuncia un nuevo TGV para 2025.

La quinta generación de trenes de alta velocidad o TGV M se espera que sea puesta en marcha a partir de 2025. Este tren, reconocible por su nariz alargada y su color blanco, es un compendio de innovaciones técnicas.

Más aerodinámico y reciclable en un 97%, este nuevo TGV será 100% conectado. Será capaz de regular el uso de la energía a bordo y promete reducir en un 20% el consumo de energía en comparación con los trenes actuales.

Además de mostrar un mejor balance de carbono, el último modelo de Alstom promete revolucionar la experiencia de los viajeros. Las unidades serán completamente modulables y podrán acoger un 20% más de pasajeros, es decir, 740 viajeros frente a los 600 actuales. El coche-bar también será rediseñado, en dos pisos, y equipado con pantallas gigantes.

Con las pruebas iniciadas en junio de 2023, ya se puede afirmar que el tren del futuro está en camino.