A partir del 1 de enero de 2023, los recibos de papel dejarán de entregarse sistemáticamente en los comercios. Esta medida, destinada a reducir nuestro consumo de papel, preocupa a la CNIL y a algunos consumidores. Te explicamos qué cambiará con el fin del recibo obligatorio.
¿Qué va a cambiar?
A partir del 1 de enero del año que viene, si quiere obtener un recibo impreso, tendrá que hacer una solicitud específica al comerciante.
El fin del recibo obligatorio de caja entrará en vigor a partir del 1 de enero de 2023 y afectará:
- recibos de tarjetas bancarias
- billetes emitidos por máquinas expendedoras (como cajeros automáticos)
- vales u otros billetes con descuento.
Sin embargo, seguirá recibiendo un billete de papel cuando compre bienes duraderos como electrodomésticos o equipos informáticos, así como para todas las transacciones anuladas o abonadas.
¿Por qué esta medida?
El fin de la recepción obligatoria es una medida para proteger el medio ambiente y la salud. Está previsto en la ley AGEC (ley antiresiduos para una economía circular) de 10 de febrero de 2020.
De hecho, en Francia se imprimen nada menos que 30.000 millones de billetes al año... ¡Esta enorme cantidad de papel representa el equivalente a 25 millones de árboles!
Además, otro de los objetivos de esta medida es evitar ciertas sustancias peligrosas para la salud presentes en los tickets de caja, concretamente los disruptores endocrinos bisfenol A y S.
¿Cuáles son las alternativas?
El fin de los recibos de caja de papel a partir del 1 de enero de 2023 supondrá un gran cambio en los hábitos de consumo y algunos no ocultan su preocupación...
En particular, temen no poder seguir la evolución de los precios ni detectar errores en su factura. Algunos señalaron que, sin un recibo, es imposible demostrar que un producto se compró en una tienda concreta y reclamar la garantía de un producto defectuoso...
Pero no se preocupe: ¡Las soluciones materializadas ya existen! Las alternativas al papel son el ticket enviado por SMS, correo electrónico, código QR o mensaje en la aplicación bancaria del cliente.
Para los clientes, sin embargo, esta desmaterialización de los recibos implica dar su número de teléfono o su dirección de correo electrónico o incluso a veces descargar la aplicación de la marca, lo que preocupa a la Cnil.
¿Cuáles son los riesgos de los billetes sin papel?
A partir del 1 de enero, muchos comercios le ofrecerán enviar sus recibos por correo electrónico, SMS o a través de una aplicación de fidelización.
Sin embargo, según la CNIL, la desmaterialización de los recibos de caja corre el riesgo de acelerar la recuperación de los datos personales. Los comercios podrían aprovechar el fin del recibo en papel para hacer un seguimiento de su visita a la tienda y crear un archivo de datos.
El problema es que esta información no es trivial... Permite a los minoristas conocer los hábitos de sus clientes y enviarles publicidad dirigida, como ya vemos en las redes sociales e Internet.
Además, si los clientes reciben regularmente un correo electrónico promocional de cada marca en la que han realizado compras, la ganancia para el medio ambiente puede reducirse considerablemente.
¿Qué dice el Cnil?
Según la CNIL, una dirección de correo electrónico recopilada para enviar un recibo desmaterializado no debe utilizarse para ningún otro fin, como la prospección comercial, según el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).
En teoría, el comerciante debe recabar obligatoriamente el consentimiento del cliente antes de procesar y utilizar sus datos personales, como su dirección de correo electrónico y su número de teléfono.
En la práctica, la CNIL y las asociaciones de protección de los consumidores señalan que, por el momento, la obtención del consentimiento es una noción muy vaga. ¿Es suficiente un simple acuerdo verbal? ¿Será necesario pedir una firma en la caja? La pregunta es un verdadero dolor de cabeza...
Para responder a esta pregunta, algunas empresas emergentes están trabajando en soluciones para anonimizar el billete desmaterializado. Es el caso, por ejemplo, de Billiv, una start-up que ha ideado un código QR generado automáticamente en la caja.
Este código QR garantiza el respeto de los datos personales porque permite a los clientes recuperar su billete con su smartphone, sin tener que descargar una aplicación ni dar su dirección de correo electrónico o su número de teléfono.