Los científicos son categóricos: salvo cuando no hay acceso a agua potable, hay que dejar de beber agua embotellada. Aunque el agua mineral todavía es percibida por los consumidores como práctica y "mejor" que el agua del grifo, no está exenta de peligros para nuestra salud y la del planeta. Vamos a darte tres buenas razones para renunciar a las botellas de agua y adoptar soluciones alternativas.
1- Un impacto ecológico desastroso
La primera buena razón para dejar de beber agua embotellada es el enorme impacto ambiental de las botellas de plástico. La botella de plástico es un producto no renovable y contaminante en cada etapa de su ciclo de vida (producción, uso y gestión de residuos).
La producción de estas botellas emite cantidades importantes de gases de efecto invernadero, agravando el cambio climático. Según cifras de varias organizaciones ambientales, se producen millones de toneladas de plástico cada año para el embotellado de agua y gran parte de este plástico termina en la naturaleza, los océanos y los ríos, donde tarda hasta 1000 años en descomponerse.
Se estima que se venden un millón de botellas de agua de plástico cada minuto en el mundo. Sin embargo, una vez consumida el agua, solo el 9 % de ellas se reciclan. Estas botellas representan el 12 % de todos los desechos plásticos del planeta y ocupan el segundo lugar entre los contaminantes más comunes en los océanos.
Esta contaminación tiene un efecto devastador sobre la fauna marina, que muere debido a la ingestión de plástico o después de enredarse en escombros. Por todas estas razones, reducir el consumo de agua embotellada contribuye a preservar la naturaleza y la salud de los ecosistemas.
2- Riesgos para la salud humana
Contrario a lo que algunos consumidores imaginan, las aguas de manantial y las aguas minerales del comercio no son mejores para la salud que el agua del grifo. El escándalo sobre la calidad de las aguas embotelladas, que fue noticia en la primavera de 2024, reveló la presencia de contaminantes eternos en aguas de manantial e incluso en aguas minerales.
El material de estas botellas, en su mayoría fabricadas a partir de plástico PET (tereftalato de polietileno), también plantea problemas. Aunque está autorizado para el envasado alimentario, este material puede liberar sustancias químicas en el agua en ciertas condiciones de almacenamiento.
Los investigadores de Weill Cornell Medicine en Catar estimaron que entre el 10 y el 78 % de las aguas embotelladas contienen contaminantes provenientes directamente de su envase de plástico, como microplásticos, ftalatos o bisfenol A. Estos disruptores endocrinos contaminan el agua cuando las botellas permanecen almacenadas durante mucho tiempo o expuestas al calor.
Esta contaminación por microplásticos y bisfenol A (BPA) es otra excelente razón para dejar de beber agua embotellada. Aunque las cantidades encontradas en el agua suelen ser bajas, investigaciones sugieren que una exposición regular a estas sustancias puede tener efectos a largo plazo sobre la salud y, en particular, sobre el sistema hormonal.
3- Un costo financiero elevado
En los países donde el agua potable es un recurso fácilmente accesible, el agua embotellada resulta mucho más cara que el agua del grifo. Por lo tanto, puede ahorrar una cantidad considerable de dinero al no ceder al marketing y a la imagen de pureza transmitida por las grandes marcas de agua embotellada… ¡especialmente porque a menudo es engañosa!
En Europa y América del Norte, puede consumir sin temor el agua del grifo: no solo es perfectamente potable, sino que también está estrechamente controlada por las autoridades sanitarias.
Si no soporta el sabor del cloro, un simple filtro de agua puede mejorar la calidad del sabor del agua mientras elimina los residuos de cal y posibles impurezas. Si los argumentos anteriores le han convencido de dejar de beber agua embotellada, aquí tiene varias alternativas posibles:
• jarras filtrantes para eliminar el sabor del cloro.
• filtros de agua instalados directamente en su grifo.
• botellas reutilizables de acero inoxidable o vidrio para llevar agua a todas partes, sin necesidad de botellas desechables.
Al optar por una botella de acero inoxidable o vidrio y llenarla con agua del grifo, eventualmente filtrada, puede reducir su exposición a sustancias químicas potencialmente peligrosas, limitar sus desechos plásticos y su impacto ambiental, y ahorrar una suma considerable a largo plazo. No espere más para renunciar a las botellas de plástico: las ventajas son incontestables tanto para su salud como para la del planeta.