Entre los insectos que han sido noticia este verano, están por supuesto el mosquito tigre y la garrapata, pero también una especie de araña con una mordedura potencialmente mortal: la araña violinista. Aunque es originaria de otros continentes, su presencia está hoy confirmada en Córcega y en todo el litoral mediterráneo. Le proponemos hacer un balance sobre el peligro que representa para el ser humano en 5 preguntas.
La araña violinista fue noticia en los medios en agosto de 2024, después de que se registraran dos muertes con pocas semanas de diferencia, en Sicilia y en Apulia, en el sur de Italia.
Pero antes de eso, pocas personas conocían a esta araña cuyo nombre científico es Loxosceles rufescens. Se trata de una araña de la familia Sicariidae, una de las pocas familias de arañas que representan un peligro para el hombre.
La araña violinista es una especie cosmopolita, que ha sido introducida por el hombre en todos los continentes, a excepción de las zonas polares. Originalmente, se encontraba únicamente en el sur de Europa, el norte de África, el oeste de Asia y Afganistán.
Hoy en día, Loxosceles rufescens está presente en Canadá y Estados Unidos hasta Hawái, en México, Perú, Australia, Filipinas, Japón, Corea, China, Laos, Tailandia, India, Sudáfrica y Macaronesia.
En Francia, su presencia está atestiguada en el sur de Francia, en Córcega y en el litoral mediterráneo, desde Niza hasta Perpiñán. Por cierto, también se apoda a la especie Loxosceles rufescens "reclusa mediterránea".
La araña violinista se reconoce por la mancha en forma de violín que lleva en el dorso, en la parte delantera de su cuerpo (el cefalotórax). Es precisamente esta particularidad la que le da su nombre tan poético…
Su cuerpo mide en promedio de 7 a 7,5 mm, pero sus patas largas y delgadas le dan una envergadura de 4 a 5 cm.
También se caracteriza por su color claro, con matices rojizos o que recuerdan el color de la arena, sobre la cual destaca la mancha más oscura en forma de violín.
Su color claro permite diferenciarla de su prima la reclusa parda (Loxosceles reclusa), que solo se encuentra en los Estados Unidos.
La araña violinista es considerada peligrosa porque su mordedura puede provocar envenenamientos graves y a veces mortales.
Afortunadamente, es raro que una persona muera debido a la mordedura de esta araña. Su veneno no es lo suficientemente potente para matar a un humano. La mayoría de los casos de muerte relacionados con esta araña se deben a una infección de la herida.
De hecho, su mordedura puede causar reacciones infecciosas potencialmente mortales en algunas personas frágiles. Los síntomas provocados por esta mordedura varían de una persona a otra: una infección leve, vómitos, fiebre y necrosis a veces muy severas.
Los casos graves representan solo el 10% de las mordeduras. No se debe sobreestimar el peligro que representa esta araña por varias razones:
• es muy raro encontrarla porque prefiere permanecer al abrigo de la luz en lugares oscuros y cálidos. Solo sale de noche para cazar pequeños insectos.
• solo muerde al hombre si se siente en peligro. Ante un peligro, su primer reflejo será más bien huir o hacerse la muerta. Prefiere ahorrar su veneno para sus presas.
• sus colmillos son muy pequeños y atraviesan nuestra piel con dificultad, excepto en ciertas zonas donde la piel es flexible como el cuello, la cara, los pies, las manos y los muslos.
En caso de mordedura por una araña violinista, el tratamiento es el mismo que para todas las mordeduras de arañas.
Aquí están los pasos correctos a seguir para tratar este tipo de lesión:
• limpiar cuidadosamente la herida con agua y jabón o un antiséptico para limitar los riesgos de infección.
• dejar la herida al aire libre, a menos que aparezca inflamación. En ese caso, hay que proteger la zona con un vendaje o una compresa y vigilarla.
• si la herida empeora, se debe consultar a un médico para que prescriba antibióticos apropiados.
Para tratar esta mordedura y evitar complicaciones, también se puede:
• aplicar hielo para aliviar el dolor en el área de la mordedura.
• elevar el miembro afectado.
• aplicar un refuerzo de la vacuna antitetánica si es necesario.
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