Si uno o varios anfibios se han instalado en su jardín, ¡no se preocupe! Estos pequeños animales, que figuran entre las especies en peligro de extinción, son amigos del jardinero. Le explicamos por qué es útil tener una rana en el jardín y cómo llevar a los anfibios a su casa.
Los anfibios son especies en peligro
Antes era habitual cruzarse con ranas y sapos en los jardines, pero también en la naturaleza, por ejemplo al hacer senderismo o pasear por el bosque. Hoy en día, el destino de los anfibios preocupa a los científicos, ya que son el cuarto grupo de especies más amenazado, por detrás de las aves reproductoras, los crustáceos de agua dulce y los reptiles.
Según la lista de especies amenazadas en Francia, elaborada por la UICN, el comité francés de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, el 23% de los anfibios están desapareciendo. Este declive se debe principalmente a que ya no encuentran lugares adecuados para anidar.
Puedes acogerlos en tu jardín
Debido a la urbanización y a la degradación de los entornos naturales, los anfibios ya no encuentran zonas húmedas para reproducirse, como estanques, turberas o praderas húmedas. El calentamiento global y los cada vez más frecuentes periodos de sequía también están contribuyendo a la reducción de estos entornos naturales adecuados para los anfibios.
En primavera, sapos, ranas y tritones salen de su hibernación en la humedad primaveral y buscan la charca donde nacieron para reproducirse... ¡pero a menudo no encuentran agua!
Si vives cerca de un humedal, puedes ayudar a estas especies en peligro acogiendo una rana en tu jardín. Para ello, basta con crear en un rincón de tu jardín las condiciones adecuadas para que aniden.
Prepárales un nidito acogedor
La forma más fácil de meter una rana en el jardín es crear un pequeño estanque natural. Esta masa de agua no tiene por qué ser grande para que los anfibios se sientan cómodos.
Sin embargo, debes consultar antes con tu ayuntamiento para asegurarte de que tienes derecho a crear este tipo de masa de agua.
Ten en cuenta que lo mejor es colocarlo en un rincón de tu jardín que no sea demasiado soleado ni esté demasiado lleno de árboles. En cambio, instálalo debajo de tu terreno para que el agua de lluvia fluya de forma natural hacia el estanque.
Cuando crees este elemento acuático, asegúrate también de impermeabilizar tu estanque natural con una lona o una capa de arcilla. En cuanto a las plantas, déjalo en manos de la naturaleza: las plantas autóctonas se instalarán alrededor del estanque en un año.
Por último, si quieres crear un refugio de 5 estrellas para las diferentes especies de anfibios, también debes :
- disponer una ligera pendiente para facilitar el acceso al estanque
- disponer el estanque con profundidades de agua variables, ya que algunas especies de anfibios aprecian el agua caliente calentada por los rayos del sol, mientras que otras prefieren enterrarse en el suelo...
Los sapos y las ranas son útiles en el jardín
Quizá se pregunte: ¿para qué tanto esfuerzo para atraer sapos o ranas a mi jardín? Al igual que las lombrices, las mariposas o los insectos polinizadores como las abejas, los anfibios son ayudantes del jardinero.
En efecto, los sapos y las ranas comen pequeños insectos, mosquitos y moscas, pero también orugas y gusanos. Y si tienes la suerte de atraer un sapo a tu jardín, puede que incluso se deshaga de las babosas y caracoles que mordisquean tu huerto... Razón de más para crear un estanque natural cerca de tus ensaladas.
Si quiere saber más sobre los anfibios, le invito a consultar la página web de los Conservatoires d'espaces naturels (enlace más abajo). Allí encontrará información sobre la operación nacional Fréquence Grenouille, cuyo objetivo es sensibilizar al gran público sobre la conservación de los humedales y la fauna de los medios acuáticos.