Con sus colores vivos y sus bonitas flores arrugadas, ¡las amapolas lo tienen todo para gustar! Estas plantas, que pueden pertenecer a diferentes familias botánicas, tienen en común ser fáciles de cultivar. Estas flores no tienen igual para aportar un toque de color y alegría en los jardines. Vamos a explicarte por qué y cómo cultivarlas en el jardín.
Desde el final de la primavera y durante todo el verano, las amapolas aportan alegría a los jardines con sus colores brillantes y sus pétalos delicados y un poco arrugados. Este nombre genérico designa las plantas del género Papaver pero también flores pertenecientes a otras familias botánicas.
Sus flores ligeras pero bien visibles adornan tanto los macizos como los parterres o las rocallas. Tendrás la opción de elegir entre muchas variedades, que son a la vez estéticas y fáciles de cultivar.
¡Buenas noticias para los jardineros perezosos: estas bonitas flores no requieren cuidados particulares! Otra ventaja: todas las amapolas anuales se resembren abundantemente.
El género Papaver comprende unas cincuenta especies que se llaman los verdaderos amapolas.
Entre ellas se encuentran:
- la amapola común o Papaver rhoeas.
- la amapola de Islandia o Papaver nudicaule.
- la amapola de opio también llamada amapola somnífera o Papaver somniferum.
- la amapola alpina o Papaver alpinum.
- la amapola oriental de grandes flores o Papaver orientalis.
Por otra parte, también se llaman "amapolas" flores de otros géneros botánicos como:
- la amapola de California con flores amarillo-naranja luminosas (Eschscholtzia californica).
- la amapola del País de Gales de un hermoso amarillo brillante (Meconopsis cambrica).
- la amapola arbórea o Romneya coulteri.
- la amapola azul del Himalaya (Meconopsis betonicifolia) de un azul celeste irreal!
Por lo general, las verdaderas amapolas pertenecientes al género Papaver se cultivan por siembra en otoño o en primavera. Como su duración de floración es bastante corta, puede escalonar sus siembras entre marzo y julio.
Aprecian los suelos drenados y ligeros, incluso pobres, y las exposiciones soleadas y despejadas.
En cambio, la Amapola azul (Meconopsis betonicifolia) y la amapola del País de Gales (Meconopsis cambrica) prefieren la media sombra.
Como cada una de estas especies de flores tiene sus pequeñas preferencias en términos de exposición y terreno, es preferible informarse sobre las condiciones de cultivo en el momento de la compra.