La Euphorbia milii, más conocida como espina de Cristo o corona de espinas, es una planta de interior con delicada floración colorida. Existen variedades rojas, anaranjadas, amarillas o rosa pastel. Aquí tienes 5 consejos de cuidado para mantener esta hermosa planta perenne.
1- Elige bien tu maceta
Si desea trasplantar su espina de Cristo después de comprarla, asegúrese de elegir una maceta con la forma adecuada. Siempre use un recipiente con uno o varios agujeros de drenaje en el fondo para que el agua de riego pueda salir.
Esta planta es bastante resistente, pero puede pudrirse por exceso de humedad. Un riego excesivo se manifiesta con cambios en las hojas, que se vuelven blandas, amarillentas y caen.
Al trasplantar, elija una maceta ligeramente más grande que la actual, pero que no sea demasiado grande ni demasiado profunda. De hecho, la planta Euphorbia milii o corona de Cristo tiene un sistema de raíces poco profundo.
A medida que esta planta crece, es necesario trasplantarla cada dos o tres años aproximadamente. El trasplante se realiza preferiblemente en el mes de marzo, en una mezcla compuesta por 60% de tierra para macetas y 40% de arena gruesa. También es recomendable agregar grava o bolas de arcilla en el fondo de la maceta para asegurar un buen drenaje.
2- Cultívala a resguardo del frío.
La corona de Cristo es una planta originaria de Madagascar que generalmente se cultiva en nuestras latitudes como planta de interior.
Esta euforbia malgache se adapta bien a nuestros apartamentos porque necesita temperaturas templadas, incluso cálidas. Solo hay que encontrarle un lugar luminoso, protegido del sol directo.
En otoño, esta planta entra en un periodo de descanso después de florecer. Soporta la frescura hasta los 15°C, pero no el frío.
3- Ajusta el riego según la temporada
La corona de Cristo florece de marzo a octubre. Durante este período, es necesario regarla regularmente pero sin exceso. Siempre deje que la tierra se seque uno o dos centímetros antes de volver a regarla.
A partir de octubre, la Euphorbia milii entra en su período de reposo que corresponde a la estación seca en su entorno natural. Durante este período invernal, es importante espaciar los riegos y no darle fertilizante.
Tenga en cuenta: es posible que su planta corona de Cristo pierda parte de sus hojas en invierno debido al cambio de temperatura y la disminución de la luminosidad. Si las hojas no están blandas debido a la pudrición, este fenómeno estacional no debe preocuparle.
4- No le des demasiado fertilizante.
La corona de Cristo es una planta de fácil cultivo que generalmente no necesita fertilizante para crecer. En su entorno natural, las plantas de la familia de las euforbiáceas pueden crecer en suelos muy pobres, siempre y cuando estén bien drenados.
Por lo tanto, solo debes agregar fertilizante líquido al agua de riego si tu Euphorbia milii presenta síntomas de deficiencia, como amarillamiento de las hojas inferiores.
En ese caso, puedes agregar media dosis de fertilizante líquido al agua de riego, siempre durante el período de crecimiento (de marzo a octubre) pero no durante el período de dormancia invernal.
5- Ten cuidado con sus espinas y su toxicidad.
El Euphorbia milii es una planta de interior estética y fácil de cuidar. Pero tiene la desventaja de ser tóxica y tener espinas que pueden causar heridas.
Merece su apodo de espina de Cristo o corona de espinas porque presenta en sus tallos muchas espinas afiladas que pueden superar los 3 cm de longitud. Los tallos marrones, carnosos y muy ramificados pueden torcerse y enredarse entre sí, lo que refuerza el aspecto espinoso de la planta.
También hay que saber que todas las partes de esta planta son tóxicas. Su savia blanca es a la vez tóxica e irritante.
Por eso siempre se deben llevar guantes al podar esta planta, para limitar su expansión o para hacer esquejes, por ejemplo. La multiplicación por esquejes de tallo se realiza en primavera.