El abono verde es una solución simple y ecológica para mejorar la estructura y la textura de un suelo agotado al final de la temporada. Este proceso consiste en sembrar y luego enterrar ciertas plantas de crecimiento rápido como la facelia, el trébol o la veza. Aquí hay una presentación de este método 100% natural.
¿Qué es el abono verde?
Un abono verde es una planta de crecimiento rápido que se cultiva temporalmente para mejorar la estructura del suelo y enriquecer el terreno.
Este método consiste en sembrar plantas que crecen rápidamente, se desarrollan incluso en la temporada de otoño y cubren una gran superficie del suelo.
Estas plantas luego son enterradas en el suelo para enriquecer naturalmente la tierra y proporcionar nutrientes a los cultivos siguientes.
¿Cuáles son las ventajas del abono verde?
Hacer abono verde es un método natural con múltiples beneficios:
- al fermentar rápidamente, las plantas enterradas mejoran la estructura del suelo y le aportan humus y nitrógeno
- como cobertura vegetal, los cultivos temporales permiten limitar la erosión, la compactación del suelo y el lavado del jardín
- esta cobertura vegetal también actúa como mulch para combatir las malas hierbas y, por lo tanto, limitar o evitar el uso de herbicidas.
¿Qué cultivo de cobertura sembrar?
Se utilizan generalmente como abono verde especies forrajeras anuales de rápido crecimiento.
Puedes optar, por ejemplo, por la colza forrajera, la mostaza blanca, el rábano, el trébol encarnado, el trébol violeta, la veza, el esparceta, la alfalfa, la consuelda, la ortiga, el alforfón o el girasol.
Las variedades más comunes para sembrar como abono verde son:
- la facelia, que es una muy buena fuente de nitrógeno
- la veza de invierno, que compite con las malas hierbas
- la mostaza blanca, que tiene la reputación de limpiar el suelo
- el trébol encarnado, que atrae a los insectos polinizadores
- el alforfón, que aporta fósforo al suelo.
¿Cómo sembrar y enterrar el abono verde?
Una planta utilizada como abono verde se puede sembrar antes de un cultivo de invierno o primavera. La fecha de siembra varía según la especie elegida.
El primer paso es hacer la siembra:
- Rascar ligeramente la superficie a sembrar.
- Sembrar las semillas al voleo.
- Rastrillar para enterrar las semillas y luego compactar la tierra.
Las semillas comienzan a germinar después de unos días.
El segundo paso es enterrar las plantas antes de un nuevo cultivo (por ejemplo, a finales de octubre):
- Cortar el césped, incluso si el ciclo vegetativo no ha terminado.
- Esperar unos diez días.
- Cavar la tierra para enterrar las plantas.
Con este método, puedes enriquecer fácil y naturalmente un suelo empobrecido. Las plantas sembradas extraen minerales de las capas más profundas y los fijan en el suelo. Estos nutrientes están disponibles para cultivos más exigentes, como las verduras de tu huerto.