Los árboles frutales que se encuentran en los viveros están sistemáticamente injertados. ¿Pero sabes por qué es necesario este procedimiento y cuál es la diferencia entre un árbol franco y un árbol injertado? Te ofrecemos entender todo sobre el injerto de árboles en 5 preguntas.
¿Qué es un árbol franco?
En jardinería, se llama árbol franco a un árbol que proviene directamente de la siembra de una semilla, una pepita o un hueso.
La mayoría de los árboles silvestres son árboles francos que se reproducen por siembra.
2- ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de los árboles francos?
La cultura de los árboles francos es más económica ya que no es necesario comprar la planta en el vivero. Basta con hacer una siembra.
Cuando se siembran en su lugar, estos árboles desarrollan un sistema de raíces importante que los ancla firmemente en el suelo y les permite buscar agua en profundidad.
Son vigorosos, resisten bien la sequía y pueden vivir mucho tiempo en buen estado de salud.
Pero un árbol franco también presenta desventajas. En primer lugar, no se adapta a todos los tipos de suelo, algunos árboles frutales tienen aversión a suelos demasiado húmedos, calcáreos o secos.
Además, la reproducción de una especie por siembra da como resultado un árbol con características físicas aleatorias. Con este método, no se tiene la seguridad de obtener el mismo color de flores o la misma calidad gustativa de los frutos.
Por lo tanto, esto es una gran desventaja si se desea multiplicar un hermoso árbol ornamental o un árbol frutal cuya producción se aprecia.
3- ¿Cuál es el interés de injertar un árbol?
El interés de los árboles injertados es proporcionar soluciones a los problemas planteados por los árboles francos.
A diferencia de un árbol franco, un árbol injertado conserva las características ornamentales y gustativas de la variedad original porque es un clon de esa variedad.
Además, el árbol injertado puede desarrollarse en cualquier tipo de suelo y resistir ciertas enfermedades si se elige bien el patrón. La elección del patrón incluso permite determinar de antemano la altura del árbol.
4- ¿Qué es injertar un árbol?
El método de injerto es una técnica muy utilizada para reproducir árboles frutales como cerezos, manzanos o perales, por ejemplo.
El injerto consiste en unir dos plantas: el patrón y el injerto. Solo se necesita tomar una pequeña parte del árbol que se desea reproducir, como una ramita con algunos brotes, para obtener el injerto (también llamado a veces escudete). Es esta ramita la que el jardinero espera que se desarrolle para cosechar sus frutos.
Luego, hay que injertar la ramita en otro árbol llamado patrón. Puede ser un árbol franco, ya que este tipo de patrón es apreciado por los jardineros por su vigor.
En teoría, el patrón debe ser de la misma especie que el injerto. Pero también es posible utilizar una especie cercana desde el punto de vista botánico. Por ejemplo, se puede injertar un peral en un membrillero o un duraznero en un ciruelo.
5- ¿Cómo injertar un árbol?
Para tener éxito en el injerto entre dos plantas, es importante:
• elegir bien el portainjerto.
• elegir la técnica de injerto adecuada según la especie a reproducir y el momento del injerto.
En cuanto al portainjerto, se debe preferir un árbol vigoroso, adaptado al suelo y clima local, y con un sistema de raíces bien desarrollado, ya que será el encargado de alimentar al injerto.
En cuanto a la técnica a utilizar, se distinguen:
• el injerto de yema en primavera para que la rama injertada se desarrolle durante el año.
• el injerto de yema dormante en verano, para que la rama se desarrolle al año siguiente.
Se recomienda además:
• el injerto en escudete para frutas de hueso como el durazno, albaricoque, ciruela y cereza.
• el injerto en V también para frutas de hueso.
• el injerto en hendidura para frutas de pepita como la manzana y pera.
• el injerto en corona para rejuvenecer un árbol frutal viejo, pero no para árboles frutales de hueso.
• el injerto inglés con un portainjerto y un injerto de diámetro idéntico.
Cuando el injerto prende, permite obtener un árbol más resistente, bien adaptado al suelo, que producirá frutas más tempranas, de mejor calidad y en mayores cantidades.
En conclusión, no es sin razón que los árboles frutales se injertan sistemáticamente hoy en día. Esta técnica particular requiere aprendizaje y un poco de equipo, pero aporta un verdadero valor en términos de cosechas y calidad gustativa de las frutas.