A medida que se acerca Halloween, las calabazas y todo tipo de calabazas florecen en las estanterías. Pero cuidado: en contra de la creencia popular, no todas las calabazas son comestibles. Algunas cucurbitáceas de sabor amargo pueden provocar graves intoxicaciones alimentarias. Le explicamos cómo reconocer las variedades venenosas de calabaza, también conocidas como calabazas amargas.
¿Cuáles son los síntomas de la intoxicación por calabaza?
Al comprar o cultivar cucurbitáceas, tenga cuidado con las intoxicaciones, ya que algunas calabazas contienen sustancias muy irritantes y amargas llamadas cucurbitacinas.
Estas toxinas son segregadas de forma natural por las calabazas silvestres para repeler insectos y depredadores como las orugas. Pero son peligrosos para el ser humano, sobre todo porque no se eliminan cocinando la verdura.
Si se ingieren, estas sustancias tóxicas provocan dolores digestivos, náuseas, vómitos y, a veces, diarrea con sangre. Pueden provocar una deshidratación grave que requiera hospitalización.
¿Qué cucurbitáceas son venenosas?
Las calabazas amargas que no deben comerse son, en primer lugar, las Coloquintes o calabazas ornamentales.
En otoño vemos muchas Coloquintes en los mercados, pero debes saber que no son comestibles y se venden para uso estrictamente decorativo.
Aunque a veces se vendan en la sección de frutas y verduras de los supermercados, comprueba las etiquetas y no las confundas con calabazas destinadas a la alimentación.
¿Cuáles son los riesgos de cultivar calabazas?
También existe el riesgo de intoxicación por calabaza amarga cuando se cultivan cucurbitáceas en el huerto familiar.
De hecho, ocurre que algunas calabazas que has plantado tú mismo se convierten en inadecuadas para el consumo como resultado de la hibridación con calabazas silvestres.
Este fenómeno de hibridación puede producirse cuando las variedades amargas y comestibles cohabitan en el mismo huerto o en huertos vecinos y se produce una polinización cruzada.
El riesgo de que su calabaza se vuelva venenosa aumenta si recoge las semillas y las vuelve a sembrar año tras año.
Tenga en cuenta también que es aún más fácil envenenarse, ya que las calabazas comestibles procedentes de la hibridación tienen exactamente el mismo aspecto que las calabazas comestibles. Estos frutos con forma de calabacín o calabaza son señuelos producidos por la planta para engañar a los insectos.
La única diferencia es el sabor amargo que debe alertarte. Son las toxinas llamadas cucurbitacinas las que causan este amargor.
Según los centros de control de intoxicaciones de Francia, de los 353 casos de intoxicación registrados entre 2012 y 2016, el 54% se debieron a la calabaza amarga recogida en el huerto familiar.
¿Cómo limitar los riesgos de intoxicación?
Para evitar la intoxicación alimentaria por calabazas amargas, recuerde que las Coloquintes o calabazas ornamentales son todas venenosas y no deben comerse nunca. En caso de duda en el momento de la compra, póngase en contacto con un vendedor.
A la hora de cocinar calabaza, tanto si la has comprado comercialmente como si la has cultivado en tu propio jardín, es recomendable probar un pequeño trozo de verdura cruda. Si tiene un sabor amargo, escúpelo y tira la calabaza. No debes comerlo, ni siquiera cocido.
Por último, tenga cuidado al cultivar cucurbitáceas en su huerto familiar. Nunca comas calabazas silvestres que hayan crecido espontáneamente.
Evite también recoger semillas de sus cultivos anteriores para volver a sembrar. Para limitar el riesgo de intoxicación, es más seguro comprar nuevas semillas de calabaza cada año.
¿Qué hacer en caso de intoxicación?
Si algún miembro de su familia muestra signos de intoxicación por calabaza amarga, contacte con un centro de control de intoxicaciones o busque rápidamente atención médica.
En caso de emergencia médica, llame al 112 o al 15.
No tire la calabaza infectada para que los expertos puedan analizarla.