Hace veinte años que el cantante Claude Nougaro nos dejó, el 4 de marzo de 2004. Dos décadas después de su desaparición, el poeta de Toulouse ha dejado su huella en su ciudad natal y en la canción francesa. Aquí hay 5 cosas que saber sobre este artista que tenía el swing en el cuerpo.
Proviene de una familia de músicos.
Es imposible evocar la vida de Claude Nougaro sin hacer referencia a la ciudad de Toulouse, que tantas veces celebró. Claude nació en la Ciudad Rosa, el 9 de septiembre de 1929.
Pasó su infancia en el barrio de Minimes, abandonado por sus padres que a menudo estaban de gira. Su padre era primer barítono en la Ópera de París mientras que su madre era profesora de piano. El pequeño Claude fue criado principalmente por sus abuelos.
Intentó suerte en el periodismo.
A los 18 años, tras fracasar en el bachillerato, Claude Nougaro deja Toulouse para instalarse en París. En la capital, intenta suerte en el periodismo.
Pero es en la canción popular donde finalmente encuentra su camino. Es descubierto por Marcel Amont y Philippe Clay al recitar poemas en los cabarets de Montmartre. Los dos cantantes le encargan textos.
Su carrera como cantante despegó en la década de 1960.
Convertido en un letrista codiciado, Claude Nougaro se lanza en la canción en solitario a finales de los años 1950. Es una primera parte para Dalida la que le abre el camino de la notoriedad.
En 1962, su encuentro con Michel Legrand da origen a uno de sus primeros grandes éxitos, Le Jazz et la Java. En este título, el poeta de Toulouse asume plenamente sus influencias americanas como Louis Armstrong y Dave Brubeck.
El artista, que no duda en alternar entre diferentes estilos de música, dedica una magnífica canción a su hija Cécile cuando esta viene al mundo en 1963. Esta conmovedora balada es hoy en día aún uno de sus títulos más famosos.
Un accidente de coche lo inmoviliza durante algunos meses, pero no altera en nada su tenacidad. El Toulousain multiplica las giras y llena varias noches seguidas el Olympia, una verdadera consagración para el hijo de la Ville Rose.
4- Nougaro ha rendido homenaje a Toulouse... y viceversa.
Fue en 1967 cuando Claude Nougaro escribió una oda a su ciudad natal. La primera versión de esta canción fue dura, reflejo de los difíciles años de su infancia.
Sin embargo, tras hablarlo con su segunda esposa Odette, Claude decide transformar esta canción en un canto de amor. El tema musical de Toulouse se inspira en la melodía del carillón de los Minimes, que el artista escuchaba sonar de niño en la iglesia de su barrio...
Hoy, la Ciudad Rosa rinde homenaje a su poeta más famoso en diferentes lugares. Su casa natal está en el 56 boulevard d'Arcole. En el barrio de los Minimes donde creció, varios sitios llevan hoy su nombre, incluyendo el jardín Claude Nougaro. En una placa de mármol rosa, las letras de su canción Toulouse están grabadas en el corazón de la ciudad.
Bajo las arcadas del Capitole, el artista Raymond Moretti imaginó un mural que, dependiendo de cómo se mire, contiene no menos de seis representaciones diferentes del cantante...
Delante del Donjon du Capitole, en la plaza Charles de Gaulle, se erige una estatua de Nougaro realizada en 2014 por Sébastien Langloÿs. En el cuello y las costuras de su chaqueta, hay letras escritas... pero al revés. Se necesita un espejo para leerlas.
En la esquina de las calles Pargaminières y Valade, un retrato XXL del artista vigila a los transeúntes. Esta inmensa fotografía en blanco y negro de 9 metros por 6 es una parada obligatoria para todos los aficionados del artista.
El único lugar de exposición dedicado al cantante en Toulouse es una casa flotante, instalada en una barcaza en el puerto de l'Embouchure. Esta Maison Nougaro fue creada en 2019, por iniciativa de Cécile, la hija mayor del artista.
La ciudad de Nueva York le brindó un segundo aliento artístico.
En las décadas de 1970 y 1980, Claude Nougaro experimentó con nuevos géneros musicales. Incorporó a su repertorio elementos de soul, rock e incluso bossa nova, como en la canción Tu verras, uno de sus mayores éxitos.
En 1986, tras ser despedido por su discográfica, decidió partir hacia Nueva York y este exilio estadounidense le brindó una verdadera resurrección artística. A su regreso a Francia, trajo consigo Nougayork, un álbum explosivo que se vendió en 500.000 copias y ganó dos Victoires de la musique.
Durante la década de 1990, a pesar de su precaria salud, el poeta tolosano se ganó un lugar entre los grandes nombres de la canción francesa. Su talento para jugar con las palabras le valió el respeto de la generación del rap y del slam.
El artista, que nos dejó hace veinte años, el 4 de marzo de 2004, recibió un homenaje en el marco del Printemps des poètes 2024. Paralelamente, las ediciones du Cherche-Midi publicaron este año una reedición del libro que Nougaro escribió en 2002. Esta obra titulada L’Ivre d'images es un relato profuso y generoso que revela múltiples facetas de su autor.