Si la tradición de dar aguinaldos nos viene de los romanos, la de enviar tarjetas de felicitación con motivo del Año Nuevo es mucho más reciente. Se desarrolló en Francia a principios del siglo XIX. Antes de esta fecha, era costumbre visitar a los seres queridos en persona.
¿Cuál es el origen de la tarjeta de felicitación?
La tarjeta de felicitación nació en Inglaterra en el siglo XIX, con la aparición del primer sello postal en 1840 y la invención de la litografía. Si bien el sello facilitó el envío de correspondencia, fue el proceso de litografía el que popularizó las tarjetas de Navidad y Año Nuevo.
Las primeras tarjetas eran tarjetas de Navidad enviadas durante el período de Adviento para desear una Feliz Navidad y expresar buenos deseos para el año nuevo.
¿Cómo se impuso esta costumbre?
Desde Inglaterra, la moda de las tarjetas de Navidad se extendió por toda Europa. La "Christmas card" anglosajona se impuso rápidamente en Francia, paralelamente a las cartas de Año Nuevo, que permitían retomar contacto y dar noticias a conocidos lejanos.
Hacia finales del siglo XIX, la tarjeta de felicitación desplazó la costumbre muy ritualizada de las visitas de Año Nuevo. Esta antigua costumbre, de la cual hoy solo subsiste la tradición de los aguinaldos, consistía en visitar a conocidos personales y profesionales, así como a los más necesitados durante la primera quincena de enero.
En esa época, era común abstenerse de una visita dejando, como prueba de su paso, una Tarjeta de visita con una fórmula de buenos deseos.
En los años 1930, la tarjeta de felicitación ilustrada reemplazó definitivamente el uso de la Tarjeta de visita o del papel de cartas. Ofrecía, de hecho, un buen compromiso entre el mensaje breve de la Tarjeta de visita y la redacción de una larga carta…
¿Ha matado la tarjeta virtual a la tarjeta de papel?
Con la llegada de la informática y los smartphones, se ha vuelto común presentar los buenos deseos por SMS o correo electrónico. Si el correo electrónico o el SMS te parecen demasiado impersonales, puedes optar por una tarjeta virtual. Fácil de enviar, tiene la ventaja de estar bellamente ilustrada y ser gratuita.
Pero que los incondicionales de la tarjeta de papel estén tranquilos: las tarjetas de felicitaciones en papel brillante no son objetos en vías de extinción. Más duraderas y valiosas, las tarjetas escritas a mano todavía tienen éxito.
Según la Unión Profesional de la Tarjeta Postal, para el 97% de los franceses, recibir una tarjeta es un detalle que les conmueve especialmente y que les hace felices. Esta tradición no está obsoleta ya que el 88% de las personas encuestadas afirman recibir.
¿Por qué enviar una tarjeta de felicitación de papel?
La tarjeta de felicitación en papel es la garantía del tiempo invertido por el remitente y constituye una atención personal generalmente apreciada por el destinatario.
Para hacer esta atención aún más delicada, algunos las fabrican ellos mismos con dibujos, collages y un texto personal antes de enviarlas por Correos con un bonito sello...
El placer es entonces compartido: placer de fabricarla para el remitente y alegría de recibirla para el destinatario.
¿Cómo formular deseos para el Año Nuevo?
Para cumplir con el ritual de la tarjeta de felicitación, no basta con enviarla. También es importante encontrar una bonita fórmula, a ser posible personalizada, para expresar cariño o recordar a personas que no vemos a menudo.
Algunas personas aprovechan para compartir noticias, mediante un pequeño texto acompañado de fotos de sus hijos o nietos. Otros prefieren optar por una cita con significado filosófico o moral, para reflexionar y empezar el año con un poco más de sabiduría o esperanza.
En cualquier caso, no es necesario tener grandes cualidades literarias o talentos artísticos especiales para conmover al destinatario. En un mundo cada vez más digital, este sencillo gesto cobra toda su importancia. Recibir una tarjeta es siempre una hermosa sorpresa y un signo de cariño que ayuda a fortalecer los lazos.